jueves, 8 de noviembre de 2012


@Red. Contenidos y usuarios
 Por Laura Márquez Leal.

A partir del surgimiento de la internet se tuvo como principal objetivo brindar aquella posibilidad de compartir y acceder a la información. En Internet, las comunicaciones básicamente se establecen entre dos puntos: uno es el ordenador (acceso personal) y el otro es cualquiera de los servidores que hay en la Red y facilitan cualquier información. La información viaja por diversos ordenadores a modo de repetidores hasta alcanzar su destino u objetivo, lugar en el que todos los paquetes se reúnen, reordenan y convierten en la información original que se desea obtener[1].  Al paso del tiempo millones de comunicaciones se constituyen entre puntos distintos día a día, pasando por cientos de ordenadores intermedios. La posibilidad de una interactividad, el permitir generar y exponer un conocimiento en campos virtuales, se convertiría en la verdadera esencia, cuando de desarrollo y avances tecnológicos se refería.
El acceso a los ordenadores y al internet por parte de la sociedad, se basaba en la no restricción en cuanto a sus contenidos, en algunos casos, sin límite alguno, dando paso a una gran disponibilidad y fácil manejo. Por ejemplo en el país colombiano, se hablan de iniciativas que promuevan estas medidas, programas como Vive Digital, plan estatal que responde al reto de alcanzar la prosperidad democrática gracias a la apropiación y el uso de la tecnología. Vive Digital le apuesta a la masificación de Internet colombiana[2].
No obstante, y junto a aquellos avances tecnológicos que facilitan los diferentes ámbitos de vida (académicos, laborales, administrativos, estatales, entre otros) fueron surgiendo, adicionalmente, actividades que atentaban directamente contra la lógica ejercitada de las redes.  Figuras como los Hackers o Crackers, detuvieron estas dinámicas, teniendo como propósito la invasión e intromisión, sin autorización o permiso alguno, a contenidos en las redes, contemplando frecuentemente aplicaciones como cuentas personales, la seguridad organizacional y entidades gubernamentales. Cabe resaltar que el término hacker, inició en la década de 1960. Las computadoras personales todavía estaban en etapas de prueba, y la Internet no se había expandido.[3]  Son denominados hackers aquellas personas con grandes conocimientos, dedicadas a la investigación en ámbitos relacionados con la red y seguridad en las telecomunicaciones, con un fin específico. En una sociedad actual, se idealiza el concepto hacker con delincuencia y violación a la internet. Sin embargo, el columnista Camilo García asegura que “El principio básico de internet y de la computación, desde sus inicios, es la posibilidad de compartir información de manera abierta e irrestricta, los hackers son necesarios, no hay desarrollo en internet sin ello. Además son apoyo y base para hacerle un contrapeso al gobierno. No es cierto que el hacker sea un delincuente"[4] En soporte a esta afirmación, asegura Richard Stallman, que el Hacker es quien también hace cosas de buen impacto práctico o social.

En América latina existen figuras como el defensor del lector[5], la cual se convierte en una ardua labor, a la cual pocos periodistas se han enfrentado.    El defensor del lector, “es una persona contratada específicamente para representar los intereses del público ante un medio y gestionar sus quejas particulares por coberturas y tratamientos periodísticos determinados”. En Latinoamérica, este amplio concepto, seguido de los códigos de ética, surge en Brasil, en 1989, en el periódico Folha de Sao Paulo. Según Germán Rey y Javier Dario Restrepo, un defensor del lector, o más conocido como “Ombudsman” debe contar con criterios como una conciencia ética, calidad y una autoridad moral.
En complemento a la figura del defensor del lector es conveniente señalar que además Gerardo Albarrán de Alba, indica que existen otros mecanismos que ayudan al mejoramiento y efectivo desarrollo del defensor del lector. Son elementos que propician a una ética periodística y promueven a una autorregulación interna, propia de cada medio. Estos elementos se definen como: línea editorial, códigos de ética y el comité de ética.
Pero, aunque se evidencien figuras que representen medianamente algún control, aún se manifiesta e incrementan los actos ilícitos y desarrollados en la internet. Por ejemplo casos como el famoso caso de un “joven estadounidense de 23 años que envió por correo electrónico información falsa a los sitios web dedicados a las transacciones financieras en la bolsa, su falsa nota informativa le permitió embolsarse 250,000 dólares”[6] se frecuentan en el entorno, ya que no se cuenta con ningún mecanismo de vigilancia y ordenamiento en la red. Todo lo que se encuentre allí, y según su definición es información de fácil acceso, aprobando en cierta manera el compartimiento alguno de todos estos contenidos entre millones de usuarios que cohabitan este medio. ¿Por qué confiar totalmente en páginas web o en correos electrónicos que son recibidos?
Por eso es de importancia resaltar que la internet, no cuenta con una central o alguna organización, que regule y vigile el sinnúmero de contenidos, información y actos delictivos que diariamente de desarrollan. Por ello se explica la realización de todas estas problemáticas, porque cuenta en su mayoría de veces con una estructura pública, sin límites y porque simplemente no existe control, ni se miden las acciones realizadas a través de la web.
 Actualmente como respuesta a estas problemáticas, se han venido surgiendo y desarrollando leyes que “velan” por los intereses de los autores, y de los contenidos legales. La ley SOPA, es un ejercicio legislativo más para intentar controlar Internet. Son proyectos que buscan detener la piratería, pero tienen un efecto colateral potencial que atenta contra la libertad de expresión y la participación ciudadana[7] llegando al punto de una exageración debido a que esta ley consiste en la interrupción y sanción a quienes intercambien o descarguen contenidos publicados en la red, desde canciones, lectura de artículos, participaciones, en fin, atentando en cierta manera con el derecho a la información, impuesto en el artículo 20 de la constitución colombiana, y a una libertad de prensa, afectada en este caso, por entidades gubernamentales. Aunque también sea conveniente rescatar, que todos estos fenómenos, surgen en pro de las malas acciones y apropiación que se le ha dado a la web.
El continuo avance de las tecnologías, la conciencia empresarial y una competitividad, ha transformado y desviado en cierta parte el ideal y la ética de un periodista a la hora de influenciar y desenvolverse en su ejercicio profesional. “La obligación del profesional llega hasta donde esa obligación garantiza el cumplimiento del compromiso adquirido por el medio con el público, [y] está supeditada en todo momento a la obligación más fundamental de cumplir con los deberes deontológicos de la información y la comunicación[8]”. No debemos tratar el Internet como algo tan diferente y tan extraño: los periodistas deben hacer su trabajo con los mismos criterios y principios de siempre, afirma Otto Sjöberg, jefe de redacción de Aftonbladet en Suecia.
Hoy en día, los contextos de producción de noticias se modifican más rápidamente que las leyes y modos de organización de la profesión. La globalización de los intercambios de información, gracias al avance tecnológico, plantea nuevos problemas en cuanto al tratamiento de la actualidad. Es a los periodistas de manera individual y colectiva a quienes corresponde resolverlo. Y esto sólo es posible volviendo a los principios que fundamentan su legitimidad: pluralismo de ideas, honestidad, rigor, civismo y responsabilidad[9].


[1] Manual básico de Internet. [Online]. Disponible en: http://www.ichamartin.org/wp-content/uploads/manual-de-internet.pdf
[2] Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones. Vive Digital Colombia. [Online] Disponible en: http://vivedigital.gov.co/marco_del_plan_1_plan_vive_digital.php

[3]Semanario de prensa libre. La verdad sobre los hackers [Online] Disponible en: http://www.infogtm.com/laverdadsobrehacker.html  
[4] GARCÍA, Camilo. Ni delincuente ni activista, esto es “Mucho hacker” Publicado en: El tiempo [Online] Disponible en: http://m.eltiempo.com/cultura/libros/ni-delincuente-ni-activista-esto-es-mucho-hacker/11623342.
[5] ALBARRÁN, Gerardo. La figura del defensor del lector en los diarios digitales. Articulo Sala de prensa[Online] Disponible en: http://www.saladeprensa.org/art405.htm
[6] RIBOREAU, Guy. La deontología periodística frente a los cambios técnicos y la globalización. Articulo Sala de prensa. [Online] Disponible en : http://www.saladeprensa.org/art409.htm
[7] La ley SOPA. Publicado en: Periódico La república. [Online] Disponible en: http://www.larepublica.pe/18-01-2012/la-ley-sopa-es-un-ejercicio-legislativo-mas-para-intentar-controlar-internet
[8] Aznar, Hugo (1999a). Comunicación responsable. Deontología y autorregulación de los medios. Barcelona. Ariel.

[9] IBID[6].

No hay comentarios:

Publicar un comentario