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Contenidos y usuarios
Por Laura Márquez Leal.
A
partir del surgimiento de la internet se tuvo como principal objetivo brindar
aquella posibilidad de compartir y acceder a la información. En Internet, las
comunicaciones básicamente se establecen entre dos puntos: uno es el ordenador (acceso
personal) y el otro es cualquiera de los servidores que hay en la Red y
facilitan cualquier información. La información viaja por diversos ordenadores
a modo de repetidores hasta alcanzar su destino u objetivo, lugar en el que
todos los paquetes se reúnen, reordenan y convierten en la información original
que se desea obtener[1].
Al paso del tiempo millones de
comunicaciones se constituyen entre puntos distintos día a día, pasando por
cientos de ordenadores intermedios. La posibilidad de una interactividad, el
permitir generar y exponer un conocimiento en campos virtuales, se convertiría
en la verdadera esencia, cuando de desarrollo y avances tecnológicos se
refería.
El
acceso a los ordenadores y al internet por parte de la sociedad, se basaba en
la no restricción en cuanto a sus contenidos, en algunos casos, sin límite
alguno, dando paso a una gran disponibilidad y fácil manejo. Por ejemplo en el
país colombiano, se hablan de iniciativas que promuevan estas medidas,
programas como Vive Digital, plan estatal que responde al reto de alcanzar la
prosperidad democrática gracias a la apropiación y el uso de la tecnología.
Vive Digital le apuesta a la masificación de Internet colombiana[2].
No
obstante, y junto a aquellos avances tecnológicos que facilitan los diferentes
ámbitos de vida (académicos, laborales, administrativos, estatales, entre
otros) fueron surgiendo, adicionalmente, actividades que atentaban directamente
contra la lógica ejercitada de las redes.
Figuras como los Hackers o Crackers, detuvieron estas dinámicas,
teniendo como propósito la invasión e intromisión, sin autorización o permiso
alguno, a contenidos en las redes, contemplando frecuentemente aplicaciones
como cuentas personales, la seguridad organizacional y entidades
gubernamentales. Cabe resaltar que el término hacker, inició en la década de
1960. Las computadoras personales todavía estaban en etapas de prueba, y la
Internet no se había expandido.[3]
Son denominados hackers aquellas personas con grandes conocimientos, dedicadas
a la investigación en ámbitos relacionados con la red y seguridad en las
telecomunicaciones, con un fin específico. En una sociedad actual, se idealiza
el concepto hacker con delincuencia y violación a la internet. Sin embargo, el
columnista Camilo García asegura que “El principio
básico de internet y de la computación, desde sus inicios, es la posibilidad de
compartir información de manera abierta e irrestricta, los hackers son
necesarios, no hay desarrollo en internet sin ello. Además son apoyo y base
para hacerle un contrapeso al gobierno. No es cierto que el hacker sea un delincuente"[4] En soporte a esta
afirmación, asegura Richard Stallman, que el Hacker es quien también hace cosas
de buen impacto práctico o social.
En América latina existen figuras como el defensor del lector[5], la cual se convierte en
una ardua labor, a la cual pocos periodistas se han enfrentado. El defensor del lector, “es una persona
contratada específicamente para representar los intereses del público ante un
medio y gestionar sus quejas particulares por coberturas y tratamientos
periodísticos determinados”. En Latinoamérica, este amplio concepto, seguido de
los códigos de ética, surge en Brasil, en 1989, en el periódico Folha de Sao
Paulo. Según Germán Rey y Javier Dario Restrepo, un defensor del lector, o más
conocido como “Ombudsman” debe contar con criterios como una conciencia ética, calidad
y una autoridad moral.
En complemento a la figura del defensor del lector es
conveniente señalar que además Gerardo Albarrán de Alba, indica que existen
otros mecanismos que ayudan al mejoramiento y efectivo desarrollo del defensor
del lector. Son elementos que propician a una ética periodística y promueven a
una autorregulación interna, propia de cada medio. Estos elementos se definen
como: línea editorial, códigos de ética y el comité de ética.
Pero, aunque se evidencien figuras que representen
medianamente algún control, aún se manifiesta e incrementan los actos ilícitos
y desarrollados en la internet. Por ejemplo casos como el famoso caso de un “joven
estadounidense de 23 años que envió por correo electrónico información falsa a
los sitios web dedicados a las transacciones financieras en la bolsa, su falsa
nota informativa le permitió embolsarse 250,000 dólares”[6] se frecuentan en el
entorno, ya que no se cuenta con ningún mecanismo de vigilancia y ordenamiento
en la red. Todo lo que se encuentre allí, y según su definición es información
de fácil acceso, aprobando en cierta manera el compartimiento alguno de todos
estos contenidos entre millones de usuarios que cohabitan este medio. ¿Por qué
confiar totalmente en páginas web o en correos electrónicos que son recibidos?
Por
eso es de importancia resaltar que la internet, no cuenta con una central o
alguna organización, que regule y vigile el sinnúmero de contenidos,
información y actos delictivos que diariamente de desarrollan. Por ello se
explica la realización de todas estas problemáticas, porque cuenta en su
mayoría de veces con una estructura pública, sin límites y porque simplemente
no existe control, ni se miden las acciones realizadas a través de la web.
Actualmente como respuesta a estas
problemáticas, se han venido surgiendo y desarrollando leyes que “velan” por
los intereses de los autores, y de los contenidos legales. La ley SOPA, es un ejercicio legislativo más para intentar
controlar Internet. Son proyectos que
buscan detener la piratería, pero tienen un efecto colateral potencial que
atenta contra la libertad de expresión y la participación ciudadana[7] llegando al punto de una
exageración debido a que esta ley consiste en la interrupción y sanción a
quienes intercambien o descarguen contenidos publicados en la red, desde
canciones, lectura de artículos, participaciones, en fin, atentando en cierta
manera con el derecho a la información, impuesto en el artículo 20 de la
constitución colombiana, y a una libertad de prensa, afectada en este caso, por
entidades gubernamentales. Aunque también sea conveniente rescatar, que todos
estos fenómenos, surgen en pro de las malas acciones y apropiación que se le ha
dado a la web.
El continuo avance de las tecnologías, la conciencia
empresarial y una competitividad, ha transformado y desviado en cierta parte el
ideal y la ética de un periodista a la hora de influenciar y desenvolverse en
su ejercicio profesional. “La
obligación del profesional llega hasta donde esa obligación garantiza el
cumplimiento del compromiso adquirido por el medio con el público, [y] está
supeditada en todo momento a la obligación más fundamental de cumplir con los
deberes deontológicos de la información y la comunicación[8]”. No debemos tratar el
Internet como algo tan diferente y tan extraño: los periodistas deben hacer su
trabajo con los mismos criterios y principios de siempre, afirma Otto Sjöberg,
jefe de redacción de Aftonbladet en Suecia.
Hoy en día, los contextos de producción de noticias se
modifican más rápidamente que las leyes y modos de organización de la
profesión. La globalización de los intercambios de información, gracias al
avance tecnológico, plantea nuevos problemas en cuanto al tratamiento de la
actualidad. Es a los periodistas de manera individual y colectiva a quienes
corresponde resolverlo. Y esto sólo es posible volviendo a los principios que
fundamentan su legitimidad: pluralismo de ideas, honestidad, rigor, civismo y
responsabilidad[9].
[1] Manual básico de Internet. [Online]. Disponible en: http://www.ichamartin.org/wp-content/uploads/manual-de-internet.pdf
[2] Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones. Vive
Digital Colombia. [Online] Disponible en: http://vivedigital.gov.co/marco_del_plan_1_plan_vive_digital.php
[3]Semanario de prensa libre. La verdad sobre los hackers [Online] Disponible
en: http://www.infogtm.com/laverdadsobrehacker.html
[4] GARCÍA, Camilo. Ni
delincuente ni activista, esto es “Mucho hacker” Publicado en: El tiempo [Online]
Disponible en: http://m.eltiempo.com/cultura/libros/ni-delincuente-ni-activista-esto-es-mucho-hacker/11623342.
[5] ALBARRÁN, Gerardo. La
figura del defensor del lector en los diarios digitales. Articulo Sala de
prensa[Online] Disponible en: http://www.saladeprensa.org/art405.htm
[6] RIBOREAU, Guy. La deontología periodística frente a los cambios
técnicos y la globalización. Articulo Sala de prensa. [Online] Disponible en : http://www.saladeprensa.org/art409.htm
[7] La ley SOPA. Publicado
en: Periódico La república. [Online] Disponible en: http://www.larepublica.pe/18-01-2012/la-ley-sopa-es-un-ejercicio-legislativo-mas-para-intentar-controlar-internet
[8] Aznar, Hugo
(1999a). Comunicación responsable. Deontología y autorregulación de los medios.
Barcelona. Ariel.
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