jueves, 8 de noviembre de 2012


La Ética
 “El Talón De Aquiles Del Periodismo”
Por: Fabián Andrés Hoyos Carvajal

Durante mucho tiempo uno de los temas más controvertidos del mundo, ha sido la aplicación de la ética en la vida cotidiana del individuo, esto ha hecho que se convierta en uno de los ejes formadores más importantes de la actualidad ya que ha abierto una brecha entre el ser y el deber ser.
Ésta acción y relación humana permiten que se fundamente una sociedad democrática basada en criterios y principios que direccionen a los grupos sociales humanos a entender por qué es fundamental tener una base sólida para formarse como individuo en la sociedad.
Sin embargo, este fundamento no se cumple a cabalidad, ya que la sociedad está sometida por el capitalismo, convirtiéndose ésta en una nueva fase de la destrucción de la ética desde todo punto de vista.
 Así mismo, entre los derechos humanos, tema que se ha convertido en una referencia clave en el debate ético-político actual, y el lenguaje de los derechos que se ha incorporado a la conciencia colectiva de muchas sociedades, existe un problema en cuanto a su eficacia, dado que existe una gran desproporción entre lo violado y lo garantizado estatalmente.

Es así, como la ética se basa en fundamentos que trascienden el ámbito de lo cotidiano. Los medios de comunicación no son ajenos a esto y se ven expuestos a peligros que son inducidos por los mismos productores de las noticias que se emiten. En la prensa, el periodista enfrenta problemas éticos a la hora de adecuarse a determinadas normas de moral civil y principios comúnmente aceptados, violando la intimidad, la dignidad, la libertad y el pudor del ser humano.
No se trata de estigmatizar a los medios, porque éstos no son ni buenos ni malos sino que “Son desde el hombre y por ello, como hemos visto para el hombre, pero el mismo hombre puede esgrimirlos contra él. Los medios se pueden utilizar para mediar hacia la construcción del ser humano o como arma de muerte, que es la muerte de la propia esperanza del ser” [1] Es decir, que todo gira en torno a la conciencia del hombre, quien en la medida que es responsable, se le pueden pedir cuentas de sus actos y está obligado a reparar los mismos si afectan a terceros.

Ética periodística

Hablando específicamente de la labor del periodista en los diversos medios de comunicación y la aplicabilidad de la ética en los mismos, es importante manifestar que   “La ética del periodista debe ser superior al promedio de los demás. El talón de Aquiles de la profesión periodística es la arrogancia, la soberbia, creerse el dueño de la verdad. Los periodistas revelan verdades circunstanciales” [2] 
Teniendo en cuenta esta definición, puede partirse de una base que clarifica de manera inmediata el deber ser y el actuar del periodista. Debe estar comprometido con la verdad ya que éste es un derecho de la sociedad, es la contribución del periodista y es la fuente de respeto del mismo.

Sin embargo, existen peligros a la hora de actuar de buena fe, ésta entendida como “el elemento de autenticidad necesario para que el periodista basado en la ética que esa buena fe supone, pueda ejercer su profesión de tal manera que se cumpla con el propósito esencial de informar a la comunidad”[3]. Es decir, que en muchas ocasiones por actuar de buena fe, el periodista direccione la noticia hacia el lado que no es, abriendo brechas entre la realidad y la mentira de la información que le ofrece a la sociedad.
El periodista debe ser un profesional responsable y aunque es claro que la libertad de expresión está enfocada dentro del estado libre y la palabra, y el pensamiento, la verdad y la independencia a la hora de informar un hecho deben ser los elementos claves para construir una respuesta válida ante la sociedad.
De este modo, si el periodista “peca” en su buena fe, inmediatamente debe rectificar lo dicho en la información que emitió, no sólo porque es su obligación sino también porque tiene la capacidad de hacerse una autocrítica y evaluar el por qué de su error en el actuar de su ética profesional.

Sensacionalismo
Un ejemplo evidente en la falta de ética, son los diarios sensacionalistas, los cuales desde un planteamiento ético del periodista colombiano Javier Darío Restrepo son una muestra de que “Les interesa mostrar escenas de la vida privada, atizar el fuego del escándalo, alimentar el morbo con titulares llamativos, suscitar polémicas intrascendentes, pero no ejercer la actividad profesional con el objetivo de servir a la comunidad y de contribuir al bien común”[4], es decir, no se tiene en cuenta y es de poco interés determinar acciones que apoyen la ética, lo que importa es presentarle al público asuntos morbosos que atenten contra el bien común logrando desinformación en los medios. 

Si el periodista se ve sumergido en una situación bochornosa, donde esté involucrado principalmente el sensacionalismo, el deber real del mismo debe estar encaminado a informar objetivamente el hecho tal cual como ocurrió, quitándole el toque sensacionalista implícito en la misma, esto con el fin de evitar ser tildado de manera que se vea afectada su labor en dicha información. Por ende, debe impedir que el interés particular prime sobre el general.
Así  mismo, en estos casos donde el periodista debe regirse por parámetros éticos debe tener en cuenta que por encima de todo debe estar la responsabilidad periodística porque no solamente implica una reflexión individual sino una relación con los demás. En la medida que alguien es responsable, se le pueden pedir cuentas de sus actos y su accionar en diversos escenarios donde se desenvuelve socialmente. 

Sin embargo, cabe resaltar que muchos periodistas tienden a caer en la creencia de que la única verdad absoluta es la que ellos publican, dejando a un lado la consulta verídica de fuentes que así sean de poco peso ayudan a la construcción veraz de la información.
Para el Escritor y Periodista chileno Juan Jorge Faundes, en su libro “El rol de los periodistas y su marco ético”,  el tema de la veracidad en el margen ético del periodismo, es consecuente con la objetividad, porque “Se gesta de un conjunto de premisas o supuestos previos, básicos, no necesariamente demostrados ni conscientes, que una comunidad científica o disciplinaria suele dar por hechos y compartir[5].
A su vez, afirma que “La verdad suele creer que el mundo objetivo está ahí, fuera de la mente, al alcance de los sentidos, que es plenamente cognoscible, que puede ser objetivamente capturado en el acto de conocer y que la verdad es dar cuenta de ello neutral y objetivamente”[6]. Por lo anterior, los periodistas deben tener como principios esenciales, buscar la verdad y difundirla de manera completa, clara, oportuna y amplia.

De tal manera, cada ser humano es libre de trasmitir su propia verdad, siempre en cuando no se violen los derechos y principios del otro, es decir, cada individuo es independiente o autónomo de su conciencia subjetiva. También, manifiesta actos de percepción en el entorno, así como introducir a su mente una gran cantidad de información procedente del exterior, en donde la selecciona, jerarquiza, generaliza y distorsiona, para hacer uso de ella en el momento que desee y considere oportuno.

Por último, subordina el conocimiento a sus necesidades, es decir, conoce, se adapta, predice, influye, controla, legitima, compite y se reproduce, así como lo manifiesta Faundes “Necesidades que determinan su proceso de conocer y de producir información, en síntesis, lo que es objetivo es el acontecimiento, el hecho observado, pero desde que él es percibido, recibe del observador su valor informativo”[7]
El ideal ético, es ubicarnos en la realidad  donde se alcance  la verdad con un hecho noticiable y comunicarla, interpretarla, exponerla y opinarla responsablemente, precisamente para no caer en respuestas inadecuadas, desarrollando un enfoque que se ajuste a las realidades en las que se desenvuelve el periodista cotidianamente. 
En conclusión, como el mismo Javier Darío Restrepo define al periodismo: “El periodismo debe ser entendido como una disciplina que se dignifica cuando se pone al servicio de la sociedad, de una causa común, por el contrario, la misma se verifica cuando se pone al servicio de una causa o interés particular”[8]. Es decir, que ese potencial, del periodista, sirva para instruir, volver a las sociedades tolerantes, y no para hacerlas crueles y superficiales.


[1] MAUMEJEAN, Argelia. Nociones éticas fundamentales aplicadas al fenómeno periodístico”. Pág. 282-283
[2] AZNAR, Hugo. La ética en el periodismo. Colombia. 2007. Pág. 35-36
[3] RESTREPO, Javier Darío. En: Código de ética para periodistas. 2006. Pág. 124-127
[4] RESTREPO, Javier Darío. En: Código de ética para periodistas. 2006. Pág.  128
[5] FAUNDES, Juan  Jorge. En: El rol de los periodistas y su marco ético. Santiago de Chile. Capítulo I. 2003
[6] Ibídem
[7] FAUNDES, Juan  Jorge. En: El rol de los periodistas y su marco ético. Santiago de Chile. Capítulo I. 2003
[8] RESTREPO, Javier Darío. La ética en el periodismo. Colombia. 2009. Capítulo 1. Pág. 15-22

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