jueves, 8 de noviembre de 2012


Comunicación para el cambio social = desarrollo humano, social y económico
Por  Kelly Canales

En los últimos años Colombia ha iniciado procesos de gestión social, para mejorar las condiciones de vida de las personas mediante experiencias comunitarias que permiten de una u otra manera su desarrollo social y económico, teniendo en cuenta que la gestión es “una acción integral, entendida como un proceso de trabajo y organización en el que se coordinan diferentes miradas, perspectivas y esfuerzos para avanzar de manera eficaz hacia la consecución de objetivos concretos”[1] y de este modo lograr el propósito de desarrollo en la comunidad  “creando las condiciones necesarias para la superación de las desigualdades sociales y la organización de una sociedad más equitativa, que posibilite el acceso a mayores oportunidades y brinde la seguridad de unas garantías mínimas que permitan unos niveles aceptables de bienestar para todos[2]. Este proceso, hace parte de lo que hoy conocemos como comunicación para el cambio social, la cual nace en los Estados Unidos desde la teoría y en Latinoamérica en la práctica. 

Thomas Tufte y Alfonso Gumucio-Dragón en su texto “Antología de Comunicación para el Cambio Social”, explican que la comunicación para el cambio social es un abordaje al área de las comunicaciones que busca favorecer un desarrollo social basado en principios de justicia, tolerancia, equidad y diversidad. A nivel teórico, es la conceptualización de la comunicación como un proceso que se basa en el diálogo y la inclusión de todos los ciudadanos y a nivel metodológico, desarrolla estrategias para ayudar a que las personas logren un poder que les permita participar activamente en su desarrollo.”[3] Así mismo, es un proceso “que supone un diálogo público y privado a través del cual la propia gente define lo que es, lo que quiere y necesita, y cómo trabajará colectivamente para obtener aquello que contribuirá al mejoramiento de su vida”[4]. Cabe resaltar, que la Comunicación para el Cambio Social surge de situaciones de exclusión social. Principalmente nace en Latinoamérica con experiencias como la radio comunitaria de los mineros en Bolivia y en Colombia con Radio Sutatenza en 1947. Estas experiencias comunitarias permiten inferir que proyectos sociales que buscan mejorar la calidad de vida de las personas es posible cuando las mismas se apoderan y hacen que el proceso cumpla con los objetivos propuestos.

Para lograr lo anteriormente expuesto, es necesario abarcar las principales premisas de la comunicación para el cambio social planteada por Alfonso Gumucio en su texto “La comunicación para el cambio social clave del desarrollo participativo”, entre las cuales encontramos, la sostenibilidad (participación) de los cambios sociales es más  segura cuando los individuos y las comunidades afectadas se apropian del proceso y de los contenidos comunicacionales;  la comunicación debe ser horizontal y por ende genera el sentido comunitario; las comunidades deben ser agentes de su propio cambio y gestoras de su propia comunicación; apropiación del diálogo, debate y negociación desde el seno de la comunidad;  los resultados del proceso deben  ir más allá de los comportamientos individuales, y tomar en cuenta las normas sociales, las políticas vigentes, la cultura y el contexto del desarrollo; el diálogo y la participación, fortalece la identidad cultural, la confianza, el compromiso, la apropiación de la palabra y el fortalecimiento comunitario;  rechaza el modelo lineal de transmisión de la información y promueva la comunicación doble vía.

Una vez conocidas, las premisas de la comunicación para el cambio social, es pertinente decir, que deben existir condiciones que son necesarias para los procesos de comunicación para el cambio social.  Gumucio[5]explica, en primer lugar, que la comunidad debe participar y apropiarse de los procesos comunicativos,  apoyarse en su lengua y cultura, generar contenidos locales  fortaleciendo el conocimiento y el aprendizaje, usar la tecnología apropiada, dependiendo de las necesidades a satisfacer, y por ultimo, converger y crear redes para intercambiar  y consolidar procesos que de una u otra manera los enriquece.

Luego de haber profundizado en la teoría de la comunicación para el cambio social y lo que esto comprende, es importante conocer el rol del comunicador como gestor social en este proceso. El comunicador, no solo como aquella  persona que informa sino como ese agente de cambio que “facilita, estimula, promueve y propone diferentes objetivos y actividades, de acuerdo con el área en donde se desempeñe y el contexto en donde se encuentre, contribuyendo con su liderazgo, dinamismo, entre otros"[6]. Así mismo, debe ser ese catalizador que sirve de “canal de conocimiento de las diferentes necesidades, establece vínculos estratégicos con las personas y grupos, adelanta contactos con las instancias de orden internacional, nacional, o local, y propicio la consolidación de redes de intercambio de trabajos y experiencias"[7], lo que le permite adelantar proyectos sociales que buscan mejorar las condiciones de vida de las personas y superar las desigualdades sociales. Ya se conoce, el rol del comunicador en los procesos sociales, ahora bien, la pregunta que surge en este punto es, ¿cuál  es la función que desempeña la comunicación para la gestión social?
Para dar respuesta a este interrogante, retomo las palabras de Aguirre Flórez, Alejandro Espitia y Javier Aníbal, en la “Guía de comunicación para la gestión y el desarrollo social”, donde expresan que la función de la comunicación es fundar el sentido individual y colectivo, afianzar el lazo social entre los sujetos y así (re)construir el tejido social, supera la difusión e incluye a los medios, teniendo en la cuenta que este no simplemente se reduce a comunicación, sino que va mas allá de herramientas tecnológicas, las cuales se articulan a la conformación e intercambio de culturas, a la organización económico y social, y a la construcción de consensos y disensos políticos en una sociedad que busca ser justa.

Sabemos la función de la comunicación en los procesos de gestión social, la cual para que se lleve a cabo satisfactoriamente y logre los objetivos propuestos, el comunicador debe realizar sistemáticamente las etapas que componen cualquier proyecto de tipo social. En primer lugar, el gestor social realiza un diagnostico de la población  en donde va a trabajar(análisis), para ello, es necesario que diseñe estrategias de acercamiento con las comunidades, continua con la planeación, en la cual debe garantizar la participación y ofrecer la información adecuada para el logro de objetivos, seguido de ejecución, en este él debe comunicar las acciones a ejecutar con claridad, luego el seguimiento, en donde escucha y percibe, y por ultimo y no menos importante, la evaluación, que debe tener en cuenta los elementos claves de participación, diálogo y consenso”[8], para que las personas se empoderen del proyecto y de esa manera mejorar las condiciones de vida.

La teoría de la comunicación para el cambio social  y todo lo que esto conlleva suena muy interesante, pero la realidad que se vive es otra.  En la actualidad, podemos observar que empresas u organizaciones que se dedican a la elaboración de proyectos sociales, creen que solo con realizar campañas, videos, carteleras o programas radiales, entre otros, están generando un cambio y contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida de las personas, olvidando que el proceso es más importante que el producto, ya que en la mayoría de veces prevalece lo particular en lo general. Pues bien, el interrogante que surge en este punto es ¿Dónde quedan las etapas que son la columna vertebral de cualquier proyecto que se pretenda emprender? Para dar respuesta a lo anterior, traigo a colación el Centro de Proyección Social (Piedecuesta) de la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Bucaramanga, el cual diseña y ejecuta proyectos sociales en esta localidad, con el fin de  responder a una necesidad insatisfecha; sin embargo, este proceso llega hasta la ejecución, ya que la etapa de seguimiento y evaluación, no se llevan a cabo, lo que significa que  los resultados de los programas no serán los esperados en gran medida porque no se realizó cada una de las etapas correspondientes.
Lo anterior, conlleva que el rol del comunicador como agente social en estos aspectos, es la de promover espacios de participación, empoderamiento, apropiación, dialogo y debate, para que se cumplan a cabalidad cada una de las etapas de cualquier proyecto que se quiera emprender y de esa manera lograr los objetivos propuestos. De igual forma, debe ser un mediador entre la comunidad y el estado, cumpliendo con su función de fiscalizador tanto en la gestión pública y cultural, y de esa manera se pueda gestionar lo comunitario, a través de proyectos que tengan como fin mejorar las condiciones sociales de la comunidad.  

Cabe concluir, que la comunicación para el cambio social desde sus inicios ha buscado brindar espacios de participación activa, debate y dialogo, a las comunidades oprimidas mediante procesos comunicativos, que se basen  en la gestión y empoderamiento de estos. Es aquí donde el comunicador, debe desenvolverse para ser ese agente social y mediador, que tiene como fin a través de los proyectos sociales mejorar las condiciones de vida de las personas y de esa manera logar su desarrollo humano, social y económico.


[1]FLOREZ, Aguirre, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. “Guía de comunicación para la gestión y el desarrollo social”. Coordinación Editorial: Colombia. Pág. 17
[2]Ibid                                                 
[3] GUMUCIO, Alfonso y TUFTE, Thomas. Antología de Comunicación para el Cambio Social. Editado por Consorcio de Comunicación Social. 2008. Pág. 1413.

[4] MORELIS, Gonzalo. Reseña "Antología de Comunicación para el Cambio Social: lecturas históricas y contemporáneas" de Alfonso Gumucio-Dagron y Thomas Tufte. En: Procesos Históricos, Revista de Historia y Ciencias Sociales. Vol. VIII, Núm. 16, julio-diciembre, 2009, pp. 111-113 Universidad de los Andes, Venezuela.
[5]GUMUCIO, Alfonso. Comunicación para el cambio social: clave del desarrollo participativo. (Online) citado el 14 de mayo de 2012. Disponible en:http://mantis.upbbga.edu.co/file.php/951/CMCcambio_social_GUMUNCIO_Articulo.pdf
[6]FLOREZ AGUIRRE, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. Opus cit, pág. 23.
[7]Ibíd.
[8] Ibíd. 

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