Comunicación para el cambio social = desarrollo
humano, social y económico
Por Kelly
Canales
En los últimos años
Colombia ha iniciado procesos de gestión social, para mejorar las condiciones
de vida de las personas mediante experiencias comunitarias que permiten de una
u otra manera su desarrollo social y económico, teniendo en cuenta que la gestión
es “una acción integral, entendida como un proceso de trabajo y organización en
el que se coordinan diferentes miradas, perspectivas y esfuerzos para avanzar
de manera eficaz hacia la consecución de objetivos concretos”[1]
y de este modo lograr el propósito de desarrollo en la comunidad “creando las condiciones necesarias para la
superación de las desigualdades sociales y la organización de una sociedad más equitativa,
que posibilite el acceso a mayores oportunidades y brinde la seguridad de unas
garantías mínimas que permitan unos niveles aceptables de bienestar para todos”[2].
Este proceso, hace parte de lo que hoy conocemos como comunicación para el
cambio social, la cual nace en los Estados Unidos desde la teoría y en Latinoamérica
en la práctica.
Thomas Tufte y
Alfonso Gumucio-Dragón en su texto “Antología
de Comunicación para el Cambio Social”, explican que la comunicación para
el cambio social es un abordaje al área de las comunicaciones que busca
favorecer un desarrollo social basado en principios de justicia, tolerancia,
equidad y diversidad. A nivel teórico, es la conceptualización de la
comunicación como un proceso que se basa en el diálogo y la inclusión de todos
los ciudadanos y a nivel metodológico, desarrolla estrategias para ayudar a que
las personas logren un poder que les permita participar activamente en su
desarrollo.”[3] Así mismo, es un proceso
“que supone un diálogo público y privado a través del cual la propia gente
define lo que es, lo que quiere y necesita, y cómo trabajará colectivamente
para obtener aquello que contribuirá al mejoramiento de su vida”[4].
Cabe resaltar, que la Comunicación para el Cambio Social surge de situaciones
de exclusión social. Principalmente nace en Latinoamérica con experiencias como
la radio comunitaria de los mineros en Bolivia y en Colombia con Radio
Sutatenza en 1947. Estas experiencias comunitarias permiten inferir que
proyectos sociales que buscan mejorar la calidad de vida de las personas es
posible cuando las mismas se apoderan y hacen que el proceso cumpla con los
objetivos propuestos.
Para lograr lo
anteriormente expuesto, es necesario abarcar las principales premisas de la comunicación
para el cambio social planteada por Alfonso Gumucio en su texto “La comunicación para el cambio social clave
del desarrollo participativo”, entre las cuales encontramos, la
sostenibilidad (participación) de los cambios sociales es más segura cuando los individuos y las
comunidades afectadas se apropian del proceso y de los contenidos
comunicacionales; la comunicación debe
ser horizontal y por ende genera el sentido comunitario; las comunidades deben
ser agentes de su propio cambio y gestoras de su propia comunicación; apropiación
del diálogo, debate y negociación desde el seno de la comunidad; los resultados del proceso deben ir más allá de los comportamientos
individuales, y tomar en cuenta las normas sociales, las políticas vigentes, la
cultura y el contexto del desarrollo; el diálogo y la participación, fortalece
la identidad cultural, la confianza, el compromiso, la apropiación de la
palabra y el fortalecimiento comunitario;
rechaza el modelo lineal de transmisión de la información y promueva la comunicación
doble vía.
Una vez conocidas,
las premisas de la comunicación para el cambio social, es pertinente decir, que
deben existir condiciones que son necesarias para los procesos de comunicación
para el cambio social. Gumucio[5]explica,
en primer lugar, que la comunidad debe participar y apropiarse de los procesos
comunicativos, apoyarse en su lengua y
cultura, generar contenidos locales
fortaleciendo el conocimiento y el aprendizaje, usar la tecnología
apropiada, dependiendo de las necesidades a satisfacer, y por ultimo, converger
y crear redes para intercambiar y
consolidar procesos que de una u otra manera los enriquece.
Luego de haber profundizado en la teoría de la comunicación para el cambio
social y lo que esto comprende, es importante conocer el rol del comunicador
como gestor social en este proceso. El comunicador, no solo como aquella persona que informa sino como ese agente de
cambio que “facilita, estimula, promueve y propone diferentes objetivos y actividades,
de acuerdo con el área en donde se desempeñe y el contexto en donde se
encuentre, contribuyendo con su liderazgo, dinamismo, entre otros"[6].
Así mismo, debe ser ese catalizador que sirve de “canal de conocimiento de las
diferentes necesidades, establece vínculos estratégicos con las personas y
grupos, adelanta contactos con las instancias de orden internacional, nacional,
o local, y propicio la consolidación de redes de intercambio de trabajos y
experiencias"[7], lo que le permite
adelantar proyectos sociales que buscan mejorar las condiciones de vida de las
personas y superar las desigualdades sociales. Ya se conoce, el rol del
comunicador en los procesos sociales, ahora bien, la pregunta que surge en este
punto es, ¿cuál es la función que
desempeña la comunicación para la gestión social?
Para dar respuesta a este interrogante, retomo las palabras de Aguirre
Flórez, Alejandro Espitia y Javier Aníbal, en la “Guía de comunicación para la gestión y el desarrollo social”, donde
expresan que la función de la comunicación es fundar el sentido individual y
colectivo, afianzar el lazo social entre los sujetos y así (re)construir el tejido
social, supera la difusión e incluye a los medios, teniendo en la cuenta que
este no simplemente se reduce a comunicación, sino que va mas allá de
herramientas tecnológicas, las cuales se articulan a la conformación e
intercambio de culturas, a la organización económico y social, y a la
construcción de consensos y disensos políticos en una sociedad que busca ser
justa.
Sabemos la función de la comunicación en los
procesos de gestión social, la cual para que se lleve a cabo satisfactoriamente
y logre los objetivos propuestos, el comunicador debe realizar sistemáticamente
las etapas que componen cualquier proyecto de tipo social. En primer lugar, el
gestor social realiza un diagnostico de la población en donde va a trabajar(análisis), para ello,
es necesario que diseñe estrategias de acercamiento con las comunidades,
continua con la planeación, en la cual debe garantizar la participación y
ofrecer la información adecuada para el logro de objetivos, seguido de
ejecución, en este él debe comunicar las acciones a ejecutar con claridad,
luego el seguimiento, en donde escucha y percibe, y por ultimo y no menos
importante, la evaluación, que debe tener en cuenta los elementos claves de participación,
diálogo y consenso”[8], para que las personas se
empoderen del proyecto y de esa manera mejorar las condiciones de vida.
La teoría de la comunicación para el cambio social y todo lo que esto conlleva suena muy
interesante, pero la realidad que se vive es otra. En la actualidad, podemos observar que
empresas u organizaciones que se dedican a la elaboración de proyectos sociales,
creen que solo con realizar campañas, videos, carteleras o programas radiales,
entre otros, están generando un cambio y contribuyendo al mejoramiento de la
calidad de vida de las personas, olvidando que el proceso es más importante que
el producto, ya que en la mayoría de veces prevalece lo particular en lo
general. Pues bien, el interrogante que surge en este punto es ¿Dónde quedan
las etapas que son la columna vertebral de cualquier proyecto que se pretenda
emprender? Para dar respuesta a lo anterior, traigo a colación el Centro de
Proyección Social (Piedecuesta) de la Universidad Pontificia Bolivariana,
seccional Bucaramanga, el cual diseña y ejecuta proyectos sociales en esta
localidad, con el fin de responder a una
necesidad insatisfecha; sin embargo, este proceso llega hasta la ejecución, ya
que la etapa de seguimiento y evaluación, no se llevan a cabo, lo que significa
que los resultados de los programas no
serán los esperados en gran medida porque no se realizó cada una de las etapas
correspondientes.
Lo anterior, conlleva que el rol del comunicador como agente social en
estos aspectos, es la de promover espacios de participación, empoderamiento,
apropiación, dialogo y debate, para que se cumplan a cabalidad cada una de las
etapas de cualquier proyecto que se quiera emprender y de esa manera lograr los
objetivos propuestos. De igual forma, debe ser un mediador entre la comunidad y
el estado, cumpliendo con su función de fiscalizador tanto en la gestión
pública y cultural, y de esa manera se pueda gestionar lo comunitario, a través
de proyectos que tengan como fin mejorar las condiciones sociales de la
comunidad.
Cabe concluir, que la
comunicación para el cambio social desde sus inicios ha buscado brindar espacios
de participación activa, debate y dialogo, a las comunidades oprimidas mediante
procesos comunicativos, que se basen en
la gestión y empoderamiento de estos. Es aquí donde el comunicador, debe
desenvolverse para ser ese agente social y mediador, que tiene como fin a
través de los proyectos sociales mejorar las condiciones de vida de las
personas y de esa manera logar su desarrollo humano, social y económico.
[1]FLOREZ, Aguirre, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. “Guía de
comunicación para la gestión y el desarrollo social”. Coordinación Editorial:
Colombia. Pág. 17
[2]Ibid
[3] GUMUCIO, Alfonso y TUFTE, Thomas. Antología de Comunicación para el
Cambio Social. Editado por Consorcio de Comunicación Social. 2008. Pág. 1413.
[4] MORELIS, Gonzalo. Reseña "Antología de Comunicación para el
Cambio Social: lecturas históricas y contemporáneas" de Alfonso
Gumucio-Dagron y Thomas Tufte. En: Procesos Históricos, Revista de Historia y
Ciencias Sociales. Vol. VIII, Núm. 16, julio-diciembre, 2009, pp. 111-113
Universidad de los Andes, Venezuela.
[5]GUMUCIO, Alfonso. Comunicación para el cambio social: clave del
desarrollo participativo. (Online) citado el 14 de mayo de 2012. Disponible en:http://mantis.upbbga.edu.co/file.php/951/CMCcambio_social_GUMUNCIO_Articulo.pdf
[6]FLOREZ AGUIRRE, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. Opus cit, pág. 23.
[7]Ibíd.
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