El PERIODISTA VS EL CIUDADANO: DEBER
ÉTICO DEL PROFESIONAL DE LA COMUNICACIÓN
Por
Mayra Alejandra Durán Prada
La
función del periodista no se puede entender separada de la responsabilidad de él
con la sociedad, ya que según el Código de Ética del Círculo de periodistas de
Bogotá “La comunidad tiene derecho a una información veraz, equilibrada y oportuna
y el periodista está en el deber de proporcionársela en estos términos” [1].
Sin
embargo, en la actualidad las audiencias están generando contenidos, y a su vez
la veracidad, pertinencia y equilibrio de los mismos son las variables más
complejas de controlar, obedeciendo a un proceso de globalización como asegura
Gildardo Martínez.[2]
A esto se suma la noción de periodismo ciudadano, como una forma de utilizar el
Internet para difundir y producir. Bajo esta idea, todos los llamados
“ciudadanos” están llamados a hacer periodismo, entonces ¿cuál es el papel del periodista profesional,
sí los ciudadanos están produciendo su propia información? Y sobre todo ¿cuál
es la responsabilidad ética del periodista frente a su audiencia con el gran
flujo de información que se genera en la web?
Para
resolver el anterior cuestionamiento, es necesario detenerse en el término
ciudadanía, que por sí solo ya no obedece a los límites territoriales, sino a
una noción de sujetos de derecho pertenecientes a una aldea global, como afirma
Héctor Leis, con participación y fuerte sentido de contestación[3]. Por tal motivo, Néstor García
Canclini[4] menciona que “el creciente
desarrollo y complejidad de interrelaciones planetarias sobre una base mundial,
permiten que ideas claves de actores locales y nacionales traspasen los límites
territoriales de los Estados- naciones consiguiendo en otros el reconocimiento
y legitimación del sus necesidades y conflictos” En consecuencia, se genera
toda una dinámica social que afecta las formas tradicionales de comunicación y
como acota Martín Barbero, se da un ecosistema comunicativo en el que a través
de la Internet los ciudadanos se dan cuenta que son capaces de construir
espacios para acciones colectivas translocales.[5]
Pero,
ese ecosistema que menciona Barbero se fundamenta principalmente en la idea de
red, llegando al periodismo ciudadano: aquel que permite una participación
activa de los actores sociales frente a la información de interés público,
según Koldobica Meso Ayerdi.[6] El asunto es que la
participación social no se podría dar sin el artilugio técnico del Internet al
servicio de sus usuarios. Abrir una cuenta de correo no implica gran esfuerzo y
pertenecer a una red social no genera costos por el momento, asimismo todos
tienen algo que contar y al hacer parte de una aldea global, la información
local es necesaria para no perder la identidad.
Tan
sólo en Colombia, uno de los casos más importantes del periodismo ciudadano es
el de Vivir en el poblado[7],
primer diario comunitario editado en el país que se destaca por que sus
periodistas son habitantes del sector, pero además porque mantiene un orden
estrictamente local en el manejo de los temas.
Igualmente, en la actualidad el periodismo se ha limitado en gran medida
a sumar las opiniones de los ciudadanos para emitir comunicados oficiales a
través de los medios de comunicación que han sido legitimados por la sociedad y
por lo tanto le atribuyen a la información el sello de veracidad. Esto a través
del Crowdsourcing “del inglés: la multitud como fuente” que implica reconstruir
a través de varios usuarios un hecho o un conocimiento.[8]
Sólo
con esta técnica se podrían generar resultados como el del proyecto Aday[9] que convocó al mundo a
tomar fotos el día 15 de mayo con la idea de dejar un precedente histórico para
futuras generaciones y del cual aún no se conoce el resultado, o el proyecto One
day on earth un documental generada a partir de más de 3.000 horas de imágenes
recogidas el 10 de octubre de 2010.
Pese
a lo que se ha logrado con estos proyectos, se requiere pensar otra vez en la
figura del periodista. ¿Es acaso esta un profesión innecesaria, ya que todos
pueden informar? Porque para recibir y juntar opiniones de la ciudadanía, ya
existen software codificados que realizan este trabajo, como es el caso de
Ushahidi[10]
que significa “testimonio” en swahili y esa es la principal fuente de la que se
nutre esta plataforma de código abierto a través de la cual los ciudadanos
pudiesen informar, en tiempo real, de una situación de emergencia durante la
época de elecciones en Kenya. Sin filtros, sin intenciones, parece deslegitimar
la función del periodista.
Entonces,
es necesario hacer una precisión conceptual. Desde el modelo de Laswell, el
acto comunicativo ha incluido emisor y receptor. El acto no se lleva a término sin
que exista feedback o retroalimentación. Por lo tanto, “El
comunicador–informador profesional tiene la obligación de conocer y atender los
intereses y necesidades legítimos de un destinatario–usuario que debe
intervenir, a su vez, de manera consciente, activa y comprometida” como asegura
Elena Real Rodríguez[11], pero el hecho de dar
protagonismo al receptor no implica que este pueda llegar a convertirse en
profesional.
Igualmente,
cuando el usuario informa y genera contenidos está obrando por el respeto de su
derecho a la libre expresión. Un derecho inherente a su ser, pero el periodista,
como sugiere Real Rodríguez, actúa como un profesional al servicio de unas
facultades confiadas por la sociedad y por lo tanto le implica una
responsabilidad ética con ésta, dada la dificultad que el propio colectivo
social tiene de poder desarrollarlas con el debido cuidado por sí mismo, a
pesar de los avances tecnológicos. [12] También Javier Darío
Restrepo[13]
acota que los medios digitales amplifican los deberes éticos del periodista por
cuanto aumentan la posibilidad de contacto con otras personas. Por eso, en vez
de oponerse a las nuevas tecnologías, el periodista tiene el deber de
conocerlas, utilizarlas y usar la información pero a manera de intérprete: es
el artífice que ayuda a entender la realidad que rodea a una sociedad.
Según
José Luis Martínez “el imperativo de la exigencia ética del periodista en su
práctica profesional consiste en el respeto corporativo a la teoría de los
géneros periodísticos”[14]. Y es ahí en donde sitúa
la diferencia entre el ciudadano y un verdadero periodista, ya que el último ha
sido formado para realizar géneros que profundicen el tema y se sobrepongan a
una noticia escueta. Entonces la pregunta es si ¿está el ciudadano en
condiciones de respetar las normas deontológicas, inseparables del concepto
clásico de la profesión? ¿Acaso el ciudadano tiene claro que su información
debe ser veraz, oportuna y sobre todo encaminada a defender el bien común?
Sí
lo sabe es obra de su lógica común, pero no ha recibido una formación en el
tema. Tampoco quiere decir que un ciudadano no pueda ser un periodista, sino
que en esta profesión se hace no se nace. Finalmente, el deber de reivindicar
el periodismo es de ellos mismos, ya que en la medida en el que se evidencie el
rol que cumplen para la interpretación holística de la realidad se seguirá
pensando que sólo se necesita periodismo ciudadano sin periodismo y sin
periodistas[15]
En
conclusión, David Parra y José Álvarez “siempre serán necesarios profesionales
que administren con eficacia y honradez el derecho a la información de los ciudadanos.
Los públicos siempre necesitarán intermediarios capaces de investigar la
realidad y difundirla. Las bases de datos no pueden reemplazar a los
periodistas. Ni siquiera la posibilidad del acceso directo de los usuarios a
las fuentes y archivos documentales quebrará la necesidad de contar con profesionales
eficaces que filtren, seleccionen y den forma a los mensajes” (PARRA y ÁLVAREZ,
2004: 143).
[1]Código
de ética del Círculo de periodistas de Bogotá. [On line]Disponible en: http://eticasegura.fnpi.org/2011/12/27/conozca-el-codigo-de-etica-del-circulo-de-periodistas-de-bogota/
[2]
MARTINEZ, Gildardo. Internet y ciudadanía global: procesos de producción de
representaciones sociales de ciudadanía en tiempos de globalización. [On
line]Disponible en: http://www.globalcult.org.ve/pub/Rocky/Libro2/Martinez.pdf
[3] LEIS.
Héctor Ricardo. Globalización y
democracia en los 90.
¿Hacia un espacio público trasnacional? [On line]Disponible en:
[4] GARCÍA,
Canclini. Internet y ciudadanía global: procesos de producción
de representaciones sociales de ciudadanía en tiempos
de globalización. [On line]Disponible en: http://www.globalcult.org.ve/pub/Rocky/Libro2/Martinez.pdf
una mirada latinoamericana. [On line]Disponible en: http://www.er.uqam.ca/nobel/gricis/actes/bogues/Barbero.pdf
[6] MESO AYERDI, Koldobica. [On line]Disponible
en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/160/16009003.pdf
[8] El
Crowdsourcing: alternativa para superar la crisis. [On line]Disponible en: http://apfoselblog.wordpress.com/2012/04/
[10] Crowdsourcing
y software libre como herramientas de cambio social: Ushahidi. [On
line]Disponible en: http://unpasomas.fundacion.telefonica.com/blog/2012/02/13/crowdsourcing-y-software-libre-como-herramientas-de-cambio-social-ushahidi/
[11] REAL
RODRIGUEZ, Elena. Periodismo ciudadano versus
Periodismo profesional: ¿somos todos periodistas?. [On line]Disponible
en: http://www.buenastareas.com/ensayos/Periodismo-Ciudadano-Vs-Periodismo-Profesional/740755.html
[12]
Ibidem
[13] RESTREPO,
Javier Darío. ¿Cuáles son los retos éticos para los periodistas del siglo XXI
en virtud de su incursión en los medios digitales? [On line]Disponible en: http://www.fnpi.org/consultorio-etico/consultorio/?tx_wecdiscussion%5Bsingle%5D=35546FNPI
[14]
Luis Martínez. [On line]Disponible en: http://www.periodistica.es/wp-content/uploads/2010/07/investigar_sobre_periodismo1.pdf
2004: Ciberperiodismo. Madrid, Síntesis. [On
line]Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n42/lcastillo.html
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