Por: Juan José Moreno Correa
Es
innegable que los tiempos han cambiado drásticamente con el aporte de los
instrumentos tecnológicos. Hoy en día, hacen parte del diario vivir de la sociedad. Hace algunos años,
Ernesto Sábato publicó un ensayo en donde manifestaba su preocupación por el cambio repentino de las actividades
físicas cotidianas de los seres humanos por las relaciones abstractas y de poco
valor que eran impulsadas por las tecnologías.[1] Al parecer, las palabras del escritor
argentino no son equivocadas, la invasión digital ha penetrado a nivel global
todas las esferas sociales del mundo.
Este
postulado válido hace evidenciar que la Web 2.0 se ha convertido en el medio en
donde la información se obtiene de forma más rápida e interactiva para los
lectores. Esto conlleva a un nuevo replanteamiento en cuanto al cubrimiento
noticioso por parte de los profesionales en el periodismo con el fin de brindar
una información eficiente, apropiada y llamativa, pero que a la misma vez sea
llamativa para los cibernautas.
Es
una realidad que una de las actividades más realizadas en Internet es la
búsqueda de la información, pero ante la ilimitada demanda de contenido
expuesto por distintos medios digitales o por las publicaciones hechas por
gestores de información -que en varias ocasiones puede resultar falsa- la
audiencia se vuelve más fragmentada y es ahí en dónde nace el reto de cómo
realizar y regular un cubrimiento adecuado de la información.
En
ese orden de ideas, las plataformas digitales con sus innumerables contenidos exigen
una regulación más adecuada por parte de los entes gubernamentales, en este
caso el Ministerio de las TIC. Esto es debido a que en diversos medios
periodísticos se observa un mal cubrimiento de la información, llegando a
publicar imágenes sensacionalistas, ausencia de contrastación de fuentes e
inclusive testimonios falsos. Gerardo Albarrán de Alba expresa que “Internet
abre fuentes de información heterodoxas, introduce complejidades vinculadas a
la velocidad de transmisión y reciclaje de la información e incluso presenta
retos inéditos en las decisiones editoriales; todas estas variables requieren
afinar los mecanismos de autorregulación”.
De
esta forma, es importante que el Ministerio de las TIC adopte un seguimiento
minucioso y analítico de las publicaciones de los medios de comunicación en
Colombia con el fin de establecer cuáles son los errores y los aciertos que
hacen las casas periodísticas.
No
obstante, hay que reflexionar que los periodistas están sujetos a la ideología
de la empresa por la cual trabaja, dejando por debajo los principios éticos
plasmados en el Código de Ética del Círculo de Periodistas de Bogotá. Ante esta
situación Guy Riboreau manifiesta que “cada vez más medios de comunicación son
controlados de manera directa o indirecta por grandes grupos empresariales”[2] entre los cuales su
finalidad es la de vender a toda cuesta, subir el número de lectores y
suscriptores y dejando la finalidad primordial del periodismo la cuál es el
interés común. Por su parte, Manuel Castells afirma que “La revolución de la
tecnología de la información ha sido útil para llevar a cabo un proceso
fundamental de reestructuración del sistema capitalista”[3]
Desde
el impacto de la web 2.0 como espacio esencial para publicar, el trabajo del
periodista se ha involucrado en la lógica de la rapidez en el tratamiento, y a
la vez, en la producción de las noticias, debido a la alta competencia de
medios informativos, generado de tal forma el esquivo de algunos componentes
esenciales a la hora de difundir un hecho. Riboreau acota “además del impacto
de la tecnología sobre el trabajo del periodista, el contexto de producción y
tratamiento de las noticias hace que la lógica empresarial y la competencia entre
los medios haya cambiado completamente la relación entre los periodistas y su
entorno profesional”.
Esto
conlleva a una reflexión tanto para las casas periodísticas como para los
mismos reporteros en cuanto a su vocación y es la del abordaje apropiado
durante la difusión noticia. Es ahí en dónde entra en juego la educación en las
instituciones académicas sobre cuál es la mejor forma de informar y de recibir
información en los medios de comunicación. Es supremamente importante abordar
los códigos de ética, las consecuencias del sensacionalismo en las
publicaciones, los criterios de noticiabilidad, la selección de temáticas que
estén vinculadas con el interés general, etc.
Esto
no solo va para los mismos profesionales del periodismo sino también para todos
los estudiantes que serán gestores de información. Esto con el fin de que
posean un mayor conocimiento e interpretación en cuanto a la calidad de los
contenidos en la web 2.0.
Marc
Prensky en su libro Nativos e Inmigrantes
Digitales afirma que “los universitarios de hoy constituyen la primera
generación formada en los nuevos avances tecnológicos, a los que se han
acostumbrado por inmersión al encontrarse rodeados de ordenadores”. Por tal
motivo su plataforma por excelencia son los medios digitales en donde bucarán
la información o la actividad de la cuál quieren adquirir y esto es debido al
interfaz que brindan estos aparatos, su instantaneidad y la misma
personalización y privacidad.
Esto
hace reformular las estrategias de aprendizaje por parte de los docentes hacia
los estudiantes sobre cuál es la mejor manera de manejar la información, sus
ventajas y desventajas, causas y consecuencias Pero lo más primordial el
conocimiento de generar y recibir calidad de información y de la reciente
reglamentación de los delitos informáticos que hoy en día son muy comunes.
En
definitiva, el profesional del peridismo en cuanto a su trabajo en la Web 2.0
debe arraigarse en una selección minuciosa, un abordaje profundizado y una
difusión ética en el cual no se transmitan imágenes indignantes y un contenido
mediocre para las audiencias.
El
reportero involucrado en el mundo tecnológico y a pesar de estar regido por una
ideología, debe de encontrar un equilibrio entre esas normas impuestas por la
casa periodística y los mismos códigos éticos que ha desarrollado durante su
proceso de formación en la academia.
Si
bien el contexto de difusión de noticias en la actualidad es más rápido y
competitivo gracias a la tecnología, este abordaje debe conservar los mismos
parámetros al de los años anteriores. Riboreau asevera que “la globalización de
los intercambios de información, gracias al avance tecnológico, plantea nuevos
problemas en cuanto al tratamiento en la actualidad. Es a los periodistas de
manera individual y colectiva a quienes corresponde resolverlo.”[4]
De tal forma, es importante el aporte de las academias en
cuanto a la responsabilidad y la ética de los periodistas en el proceso de la
transmisión de la información, así como los mismos gestores de opinión, para
forjar una mejor calidad en los contenidos digitales hacia los cibernautas.
Asimismo la debida regulación y seguimiento por parte del Ministerio de las TIC
hacia los medios de comunicación digitales, aportará un mejor control en el
abordaje periodístico.
[1] SÁBATO, Ernesto. La
Resistencia. Buenos Aires: Grupo Planeta Argentina/ Seix Barral. 2000.
[2] RIBOREAU, Guy. La Deontología Periodística frente a los cambios
técnicos y la globalización. Encontrado en la página web http://www.saladeprensa.org/art409.htm
[3] CASTELLS, Manuel. La era de la información. Economía, sociedad y
cultura. Vol. 1 México siglo XXI 1996
[4] RIBOREAU, Guy. La Deontología Periodística frente a los cambios
técnicos y la globalización. Encontrado en la página web http://www.saladeprensa.org/art409.htm
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