miércoles, 19 de febrero de 2014

VIGILANCIA EN LOS MEDIOS TRADICIONALES Y EMERGENTES

POR: María Alejandra Mejía

Las relaciones y dinámicas sociales se han trasladado al medio online, un espacio en el que se recogen y difunden grandes flujos de información y contenidos hacia una masa que aun se muestra ingenua e inofensiva ante dicho servicio traído por los avances tecnológicos.
Por su parte, el Estado Nacional establece entre sus disposiciones, a través de la Constitución Colombiana de 1991, en el artículo 20:
Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura”[1].
 A partir de lo anterior, no sobra recordar que tanto los medios escritos como los audiovisuales también se desplazaron a la Web, sin embargo, las normatividades que los rigen permanecen aún fuera del espacio cibernético. Y es que apenas unos años atrás una noticia tardaba 3 minutos en dar la vuelta al mundo, hoy, se genera la información y emergen paralelamente debates y discusiones a partir de las diversas opiniones e inclinaciones que nacen con respecto al hecho noticioso que se publicó tres minutos atrás.
 Resulta preocupante, no solo la velocidad con que viaja la información alrededor del mundo, sino la fuente de dónde ésta proviene (oficial o no oficial), el tratamiento y la forma como ésta misma sea abordada y brindada al público.
“El fenómeno de la información resulta doblemente subjetivo si se tiene en cuenta que los sujeto opinantes son dos en el ámbito de la misma relación y percepción de lo que es el mismo objeto de la información”[2].
 De éste modo ¿cómo preservar el derecho a informar y ser informado de manera libre, garantizar que nadie caiga en la calumnia e injuria, y al mismo tiempo se protejan los intereses y la integridad psicológica y física de grupos sociales como es el caso de los menores de edad?

Los principios establecidos no sólo en la carta magna, sino en los determinados por entes internacionales como la ONU, UNESCO y la OEA en éste momento no son suficientes para controlar el ciberespacio, es por ello que se requiere un ente especializado, cuya tarea consista en vigilar, detectar y denunciar aquellas irregularidades, semejantes a las mencionadas anteriormente.

Jorge Mario Quinzio, define el perfil de un ente vigilante que defienda al pueblo frente a las opresiones y abusos del gobierno y la administración pública, que resguarda los derechos de los seres humanos como sociedad y como seres individuales. A ésta figura le atribuye el nombre OMBUDSMAN[3].

La introducción de la imagen del Ombudsman a los medios de comunicación es reciente, y lo es aún más en los medios digitales, pero resulta pertinente introducir ésta herramienta  en el mundo de las nuevas tecnologías, especializado en vigilar y regular a través de la web.
“En un rastreo hecho para la Maestría en Periodismo de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se ha podido determinar que en 2010 se encontraban activas, al menos, treinta Defensorías (Ombudsmen) distribuidas en Argentina, Brasil, México, Colombia, Ecuador y Venezuela (Pauwels, 2010)… Sin embargo, la falta de una agrupación regional y el escaso número de Defensores latinoamericanos que integran la Organization of News Ombudsmen (ONO) [4]“.

Y es que el Ombudsman además podría cimentar y fortalecer la labor del periodista y del comunicador en la sociedad, quienes han visto devaluada su  profesión por los sujetos que se hacen pasar por profesionales de éste oficio, que demanda cuidado y precisión a la hora de construir y compartir cualquier tipo de información.
El mundo entero ha caído repetidamente en los perfectos montajes construidos por quienes buscan en la información un lucro o algún tipo de beneficio propio o a favor de un tercero, lo que a su vez reduce la credibilidad por parte de los públicos en la información que allí se exhibe. Otro punto a considerar, es el maniqueísmo, sensacionalismo y amarillismo, tres técnicas baratas que se han adueñado de los contenidos informativos con el fin de conseguir mayores seguidores.

Los medios siempre están educando a las gentes, para bien o para mal, y los nuevos dispositivos móviles facilitan a las personas tener cualquier información en el momento que quieran y cada vez con menor control. Por tanto, la información que se consume a diario puede ser codificada y decodificada por cada individuo de manera libre.
Con base en lo anterior, no sobra agregar que hay que elevar nuevamente los estándares de calidad de la información, teniendo en cuenta que aun no existe una conciencia social sobre el impacto que puede tener a corto y mediano plazo lo que oyen y ven las personas y, fundamentalmente los jóvenes y niños, quienes en una etapa de la vida en la que su ingenuidad e inexperiencia influyen en la toma de decisiones, la curiosidad los lleva a resolver sus dudas de cualquier manera, y una de ellas puede ser la radio, la televisión, o la internet, elementos anónimos, impersonales y al alcance, aparentemente inofensivos, pero con gran flujo de información que, como se mencionó anteriormente, puede orientar o desorientar al usuario del mismo.
Los nuevos paradigmas empresariales plantean que el dinero es un factor importante a la hora de generar un negocio, sin embargo, también lo son los miembros de la organización y los consumidores de los bienes y los servicios; parte de la responsabilidad social empresarial del gremio periodista se debe traducir en su sinceridad y objetividad a la hora de producir noticias o cualquier otro tipo de información, así como respetar la integridad emocional, psicológica y física de sus seguidores.
Sentado lo anterior, el Ombudsman puede ser esa forma representada por un periodista, lleno de malicia y con la capacidad de observar, detallar y atender los hechos irregulares que afecten e impugnen el mayor valor del periodismo, defender y vigilar la sociedad.   




[1] COLOMBIA.  CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA. Asamblea Nacional Constituyente. 1991.
[2] FATORELLO, citado por J. Gutiérrez Palacio, Periodismo de opinión, 31.
[3] QUINZIO,  Jorge M. El Ombudsman, el defensor del pueblo. 1ra edición. Santiago de Chile: Editorial jurídica de Chile, 1992. 13-20 p.

[4] ORGANIZATION OF NEWS OMBUDSMEN. Defensores del público en la prense Latinoamericana: Un trabajo complejo que busca consolidarse. EN: ONO. [en línea] (2010) [consultado 23 de octubre, 2013]. Disponible en: http://newsombudsmen.org/articles/articles-about-ombudsmen/defensores-del-publico-en-la-prensa-latinoamericana-un-trabajo-complejo-que-busca-consolidarse


Deontología de la Comunicación, el deber ser de los comunicadores sociales.

Por Harold Quintero Ardila
Los profesionales de la comunicación son aquellos que deben conocer y respetar las reglas básicas de la interacción humana, y además deben tener en cuenta ciertas reglas que regulan lo que  comunican y a quien está dirigido. También  deben estar atentos a las consecuencias derivadas de su trabajo, y atender los posibles cambios y repercusiones de sus acciones comunicativas en la sociedad; esto significa cumplir y seguir las leyes morales y éticas.
Para Kant la ley moral esta  expresada en lo que se conoce como el imperativo categórico, las leyes del ser humano en su autonomía, deben ser universales,  y responder al bien común. Quiere decir que la voluntad está constituida por el interés, o el bien empírico y se valida por medio del deber. A partir de esto Kant explica que todos los seres humanos deben respetar y seguir unas normas máximas de la moral, quiere decir comportarse de acuerdo a la ley general.[1]
La libertad del ser humano depende del reconocimiento de dicha ley moral. Pese al carácter libre y la voluntad del hombre, debe estar sujeto a su estado racional y respetar los preceptos de la moral.[2]
En consecuencia, el papel que cumple un comunicador en la sociedad es promover y cuidar los derechos de los ciudadanos, respetando los máximos de la ley moral. Pero si bien es cierto que muchos profesionales de la comunicación cumplen a cabalidad con esta premisa, a  algunos se les olvida o no la tienen en cuenta y se conforman con tener dinero y a sus jefes contentos; su ética profesional la dejan a un lado por preservar el bien individual por encima del bien colectivo.
Esto no solo pasa en las empresas o grandes medios de comunicación, sucede en todas las áreas en las que están comprometidos los comunicadores. Las razones van desde la simple falta de principios personales hasta el desconocimiento de  la ética y los principios deontológicos básicos que se reconocen y se aprenden desde la academia. ¿Acaso la deontología es solo una materia más que se cursa? ¿Qué importancia real tiene en los futuros profesionales respetar los códigos éticos?
En primer lugar, los códigos éticos se hicieron como una medida de controlar el papel de los medios de comunicación y su inevitable control sobre las multitudes, pero estos códigos van más allá de normas escritas en papel, se hicieron para ennoblecer la profesión del comunicador, de tal manera que el deber ser de este es velar por la veracidad de la información, el respeto por el público, no callar ante la injusticia y las denuncias, y evitar poner las opiniones y los intereses personales por encima de la integridad y los derechos de las personas.[3]
 Asimismo, la información debe ser un bien social, y no responder a intereses económicos. El periodista no solo tiene la responsabilidad de transmitir datos de forma lineal, también tiene el deber de conocer, analizar y comunicar la información al público teniendo en cuenta los distintos factores sociales que esta puede alterar o cambiar. Y respetar los diversos intereses sociales que dicha información representa para el pueblo.[4]

Por otra parte,  Hugo Aznar  en su texto “los códigos éticos no sirven para nada” manifiesta que la eficacia última de los códigos éticos depende en gran medida del compromiso efectivo de los profesionales y si son ellos los primeros en dudar de su eficacia y no esforzarse por conocerlos y llevarlos a la práctica, entonces estos mismos profesionales están contribuyendo a que realmente sirvan de poco.[5]
La reflexión anterior  hace referencia al estado actual de los códigos éticos y de la deontología de la comunicación, que son tomados por información, o textos puramente académicos, y no se les da la importancia que realmente tienen. Los profesionales a los cuales van dirigidos en su gran mayoría, han caído en la indiferencia y el autoritarismo, no tienen ningún código, ni representan los valores que supuestamente deberían tener todos los comunicadores. Venden la información, no respetan los derechos de las comunidades, tienen como premisa la inmediatez sin importar los costos morales.
Los códigos no son normas intransigentes y arraigadas que se deben cumplir por obligación. Los códigos éticos, como la ley moral dependen del actuar de cada ser humano, y de cada quien depende la validez que estos tengan. En el caso de la comunicación es responsabilidad de los periodistas, organizacionales, comunicadores para el cambio, y educadores llevar a la acción estas reglas, la verdadera forma de dar a estos códigos su razón de ser es la autorregulación.[6]
Adela Cortina sugiere que las leyes éticas y morales no tienen que ser un montón de reglas que dirijan al ser humano a donde estas quieren, la moral debe ser acogida desde lo natural, el deber ser de las personas sin perder su racionalidad.[7]
De igual forma lo ha acordado el Código Internacional de Ética Periodística propuesto por la Organización de las Naciones Unidas, proclama que la responsabilidad del cumplimiento de estas reglas no recae sobre ningún ente en particular, ni privado ni público; los mismos profesionales a los cuales van dirigidos los códigos son los responsables de su observancia y su cumplimiento.[8]
Por último, se deben tener códigos para que exista regulación en las acciones de los comunicadores, claro está,  sin atentar contra su derecho a libertad de expresión e información. Pero este derecho depende directamente de que los profesionales de la comunicación tengan en cuenta y respeten los derechos de las personas y de las comunidades.
 De igual forma, el deber ser del comunicador en estos tiempos como lo sugiere el Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO en sus apartados 9 y 10 es el de trabajar por la eliminación de la guerra y de otras grandes plagas que la humanidad confronta, y la promoción de un nuevo orden mundial de la información y la comunicación, este último sugiere que el comunicador debe ser un agente de cambio que procure la democratización de la información y que promueva la búsqueda de la igualdad y el respeto por la identidad cultural.[9]
Los comunicadores se deben caracterizar por ser aquellos profesionales que deben estar al frente de la vigilancia y el control, los periodistas son los que ejercen el control de lo público; los organizacionales deben implementar el control interno, que demuestre que su trabajo es relevante, y que se debe preguntar a ellos con antelación, antes de ejercer cualquier acción externa que pueda afectar a la sociedad.[10]



[1] KANT, Inmanuel. Fundamentación de la metafísica de las costumbres, edición bilingüe y notas de J. Mardomino. Barcelona: Editorial Ariel S.A., (1996)
[2] ZAMORA, Álvaro. ¿Deontología kantiana? Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIII (108), 147-151, Enero-Abril (2005)
[3] Comunicación responsable. Barcelona, Ariel, 2ª ed. (2005)
[4] BARROSO, A. Porfirio. Códigos deontológicos de los medios de comunicación. Ediciones Paulinas,Editorial Verbo Divino Madrid (España) Primera edición: (1984)
[5] AZNAR, Hugo (1999): Ética y periodismo. Códigos, estatutos y otros documentos de autorregulación. Barcelona, Paidós.
(2005a): Comunicación responsable. Barcelona, Ariel, 2ª ed.
[6] Ética de la comunicación y nuevos retos sociales. Códigos y recomendaciones para los medios. Barcelona, Paidós. Y E. Villanueva (eds.). (2005)
[7] CORTINA Adela, Ética Minima. Introducción a la Filosofía práctica. Sexta Edición.
[8] HERRÁN, María Teresa. Restrepo, Javier Darío. Ética para periodistas. Grupo editorial Norma. (2005)
[9] UNESCO. Código Internacional de Ética Periodística. Apartado 9 y 10. http://www.miguelangelquintana.com/codigo_unesco.pdf publicado el 20 de noviembre de 1983.
[10]  Comparaciones Entre Los “Ética Para Amador” De Fernando Savater y Ética Para Periodistas” De Javier Darío Restrepo. BuenasTareas.com. Recuperado 05, 2011, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Comparaciones-Entre-Los-%C3%89tica-Para-Amador/2136278.html

Medios de comunicación: una búsqueda de objetividad

Por: Diana Katherine Quintero Martínez

En Colombia, los principales medios de comunicación como la Televisión, la Radio y la Prensa, se han convertido en la fuente de información más confiable y eficaz para la ciudadanía; información que llega al receptor para crear un concepto o una imagen de un contexto actual; sin embargo, la mayoría de estos medios suelen ajustarse a diferentes intereses particulares, ya sean económicos, sociales o políticos, para mostrar una realidad alterna acorde a su conveniencia.
La labor principal de un periodista consiste en llegar a verificar dicha información para lograr denunciar ante la comunidad todas aquellas falencias, que de una u otra forma están afectando el desarrollo y el derecho de vivir en una comunidad igualitaria; por esta misma razón, la posición de los periodistas que integran los diferentes medios de comunicación en la actualidad es cuestionable, pues no existe una mayor evidencia de que se esté velando por el beneficio social, al contrario, lo que se intenta mostrar es un entretenimiento a base de estereotipos que logran alienar a la audiencia, apagando las luces de la igualdad, la verdad y la justicia; de acuerdo con ello, podríamos preguntar, ¿Existe realmente la objetividad en la Radio, la Televisión y la Prensa colombiana?
Para resolver la incógnita, en primer lugar es importante tener en cuenta que los medios de comunicación se clasifican en masivos, complementarios o alternativos[1]. De tal manera, que la discusión se va a concentrar en los medios masivos, ya que en Colombia son los que ejercen principal influencia en la población.
En segundo lugar, es conveniente aclarar que la objetividad es considerada como la forma de ver la realidad de manera neutra, es decir sin tener una interpretación que favorezca los puntos de vista personales; sin embargo, para la autora María Teresa Herrán “El fenómeno de la información resulta doblemente subjetivo si se tiene en cuenta que los sujetos opinantes son dos en el ámbito de la misma relación y percepción de lo que es el mismo objeto de la información”.[2], esto quiere decir que no se puede exigir una objetividad absoluta a un periodista, debido a que siempre la información va a ser abordada desde una estilo de redacción y va a crear un punto de vista; pero María Teresa también argumenta: “La buena fe es el elemento de autenticidad necesario para que el periodista, basado en el presupuesto ético que esa buena fe supone, pueda ejercer su profesión de tal manera que cumpla con el propósito esencial de informar a la comunidad”.[3]; Entonces si existe un compromiso del periodista hacia la sociedad, éste no puede estar desligado en su obligación de velar por el beneficio común; el hecho de marcar un estilo periodístico no tiene nada que ver con favorecer intereses particulares.
En los medios masivos se evidencia diariamente la falta de objetividad; en la Televisión por ejemplo, los canales privados dominan el favoritismo de los colombianos, pero el reflejo de la información proyectada es solo un panorama de una realidad paralela mostrada a través de los intereses particulares de terceros sobre la sociedad. La programación solo se ajusta hacia estereotipos marcados, que limitan un pensamiento colectivo hacia un ideal ‘aparentemente’ cultural; no se contribuye a la educación, al contrario se fomenta el analfabetismo; esto se evidencia, cuando en una producción televisiva se muestra como el héroe principal a un personaje como Pablo Escobar, quien no necesitó estudiar para lograr lo que quería; eso es lo que está sembrando la Televisión nacional en las futuras generaciones, ellos ya ven y admiran a un personaje que solo crea una imagen negativa de los que somos otros colombianos. Según el autor Omar  Rincón “La Televisión es el medio central para el juego de los sentidos colectivos en la sociedad actual, su centralidad está marcada como institución social y cultural, ya que, sin querer queriendo, interviene en los procesos educativos y políticos de una comunidad y conforma los modos de la imaginación colectiva”.[4]; de acuerdo a ello, me surge una nueva posición, en Colombia si se está educando a través de la Televisión privada, se está enseñando, pero no a restar, multiplicar y dividir; se está enseñando a traficar drogas, a matar, a prostituirse, gracias a las ‘maravillosas’ producciones televisivas que alimentan el morbo de la sociedad, los mismos que retroalimentan más contenido de ese tipo por medio de los elevados ratings.
En la Radio, los contenidos son vacios; no generan pensamiento; no promueven cultura; se dice que entretienen, pero lo hacen compartiendo hasta los más íntimos secretos de su propia audiencia; la burla y la humillación pública son un “pan de cada día”; temáticas de extrema importancia como la sexualidad son abordadas de una manera triste y errónea por personas altamente ignorantes en el campo; emisoras privadas fomentan cada día problemáticas sociales como los embarazos a temprana edad y las enfermedades de transmisión sexual, entre otras; es realmente cuestionable el papel actual que cumple la Radio en la sociedad; la gente se ha alejado de este medio, porque simplemente están cansados de escuchar las mismas estupideces día y noche; es una lástima, porque cuando la Radio llegó a Colombia, educaba, entretenía, informaba con un carácter innovador y respetuoso. Las radionovelas pasaron a convertirse en los relatos de las aventuras sexuales de cualquier persona. A pesar de ello, en la Radio no todo es negativo, aún existen emisoras comunitarias y universitarias que fomentan la educación  a través del entretenimiento. Iván Darío Chaín argumenta que “Una programación es mucho más que la suma de programas. Una programación implica pensar e imaginarse cada programa, construirlo y organizarlo de modo que llenemos todos los espacios de nuestras emisiones; es preguntarse cuándo sale al aire; qué días; a qué hora; a quiénes va dirigido; y de qué forma supera a la competencia con la que se enfrenta”.[5] Esto se ve presente en emisoras como Luis Carlos Galán, que demuestra realmente una cultura musical y sus orígenes.
La realidad en la Prensa no es distante a los demás medios de comunicación; el sensacionalismo es casi tan común en el diario vivir a dormir y comer; las noticias son tomadas de una forma amarillista sin importar el dolor por el cual puede estar pasando una familia o una población. Según Javier Darío Restrepo “Una forma de burlar esa confianza del público, esa buena fe que demuestra al aceptar como ciertas informaciones suministradas por el periodista, es no darle la medida exacta de la noticia, es decir, engañarlo sobre su real importancia”.[6]; un concepto que se complementa con el Artículo octavo del Código de Ética del Círculo de Periodistas de Bogotá: “El sensacionalismo es una deformación interesada de la noticia, implica manipulación y engaño, por tanto burla la buena fe del público; a su vez es fomentada por: La falta de garantías para el ejercicio profesional, la concentración de los medios, La obsesión de competir por el rating y el inmediatismo”.[7]
En resumen, la Radio, la Televisión y la Prensa suelen ser maniqueístas; es decir muestran la cara exagerada del bien y el mal en una noticia, emitiendo un  juicio subjetivo sobre determinada información; la Televisión muestra síntomas de maniqueísmo más frecuentes que los demás medios; los canales privados son propicios a utilizar este fenómeno como un recurso informativo; lo cual no está bien; siempre es la audiencia quién debe decidir si es bueno o es malo; un ejemplo de ello, son los constantes gestos que emiten los presentadores de noticias en el momento de dar una información; frases cómo ¿Qué tal esto?; eso se sale de las manos; ellos no lo deben hacer, en dónde quedó su parcialidad, un gesto no denuncia nada; si bien, uno de los objetivos es denunciar; una denuncia no se hace a través de un gesto, una frase o un punto de vista, se hace a través de un argumento coherente.
Para finalizar, estos medios de comunicación tradicionales deben trabajar demasiado en los ideales de las labores periodísticas, más que pensar en la información como un producto comercial que determina si soy visto o no por medio de un rating; se debe pensar más en la comunidad. Si los intereses particulares de unos sobre otros se oprimen, es posible tener una cobertura educativa de los mismos medios; canales institucionales como Señal Colombia; programas que entretienen y enseñan el uso adecuado del idioma español como “El profesor Súper O”; buenas emisoras con caracteres educativos como las radios comunitarias o las emisoras universitarias. Si existe una posibilidad de cambio y no como un fin que justifique medios a través del comercio.
Quiero dejar como una reflexión final, el concepto planteado por el autor Javier Darío Restrepo, tomado del libro Ética para periodistas: “La ética periodística está constituida sobre dos bases fundamentales: una es el amor y respeto por la verdad; y la otra es el servicio del bien común”.[8]




[2] HERRÁN, María Teresa; RESTREPO, Javier Darío; Ética para periodistas; Editorial Tercer mundo; Capítulo 5: El bien común; Capítulo 6: Información veraz y suficiente; Capítulo 7: El periodista y la buena fe del público; Capítulo 8: La Rectificación; Capítulo 11: La responsabilidad del periodista; Colombia, 1995.

[3] HERRÁN, María Teresa; RESTREPO, Javier Darío; Ética para periodistas; Editorial Tercer mundo; Capítulo 5: El bien común; Capítulo 6: Información veraz y suficiente; Capítulo 7: El periodista y la buena fe del público; Capítulo 8: La Rectificación; Capítulo 11: La responsabilidad del periodista; Colombia, 1995.
[4] RINCÓN, Omar. Los 10 mandamientos para hacer Televisión educativa http://www.colombiaaprende.edu.co/html/mediateca/1607/article-74983.html
[5] CHAÍN, Iván Darío. Una metodología para programar nuestra emisora http://daniradio.wordpress.com/2009/09/30/una-metodologia-programar/

[6] HERRÁN, María Teresa; RESTREPO, Javier Darío; Ética para periodistas; Editorial Tercer mundo; Capítulo 5: El bien común; Capítulo 6: Información veraz y suficiente; Capítulo 7: El periodista y la buena fe del público; Capítulo 8: La Rectificación; Capítulo 11: La responsabilidad del periodista; Colombia, 1995.

[7] HERRÁN, María Teresa; RESTREPO, Javier Darío; Ética para periodistas; Editorial Tercer mundo; Capítulo 5: El bien común; Capítulo 6: Información veraz y suficiente; Capítulo 7: El periodista y la buena fe del público; Capítulo 8: La Rectificación; Capítulo 11: La responsabilidad del periodista; Colombia, 1995.
[8] HERRÁN, María Teresa; RESTREPO, Javier Darío; Ética para periodistas; Editorial Tercer mundo; Capítulo 5: El bien común; Capítulo 6: Información veraz y suficiente; Capítulo 7: El periodista y la buena fe del público; Capítulo 8: La Rectificación; Capítulo 11: La responsabilidad del periodista; Colombia, 1995.

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL: UN RETO ÉTICO DE LAS ORGANIZACIONES

Por: Claudia Isabel Delgado Sánchez
Las empresas desde siempre se han catalogado como parte importante de la sociedad y por supuesto de la economía, gracias a las diferentes actividades que estas llevan a cabo, con fines de satisfacer necesidades de los demás y por supuesto propias. Pero la actividad empresarial no debe limitarse a producir bienes o servicios con el fin de obtener a cambio una ganancia favorable, hoy en día las organizaciones deben apuntarle a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
De esta forma, la RSE se constituye como un nuevo marco de gestión empresarial que aplicado adecuadamente ayuda a fortalecer el papel de la empresa en la sociedad y lo alinea con las necesidades sociales y ambientales de la misma. Para la Unión Europea, consiste en un “integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con sus interlocutores[1].”
Por otro lado, es importante tomar en cuenta que el concepto de RSE ha evolucionado con el tiempo y a nivel internacional, en principio surgió de la filantropía, luego paso a ser parte de la inversión social, más tarde evolucionó a la inversión social estratégica, para finalmente consolidarse como gestión de la RSE, que debe estar relacionada directamente con el negocio y debe comprender el cómo de todo lo que hace la compañía.
Principalmente la RSE se encamina hacia aspectos económicos, sociales y medioambientales, y es al interior de cada empresa donde se elige el enfoque que quiere dársele, ya sea desde la ética empresarial, en los aspectos sociales o desde el desarrollo de los Recursos Humanos; y aunque lo anterior parezca sencillo, en la realidad es mucho más complejo y menos evidente, ya que las empresas no optan por aplicar el modelo de RSE voluntariamente, sino muchas veces obligados por el público, que les hace caer en cuenta de aspectos importantes que deberían tener en cuenta como empresa y que son necesarios para equilibrar su actividad económica con el daño que de alguna u otra forma le causan al medio ambiente y/o a la sociedad.
Según el Grupo Empresarial EPM, para definir las políticas de RSE al interior de la compañía y que estas se vean reflejadas a sus clientes, es necesario tener conocimiento de que la RSE debe nacer como un compromiso social directamente relacionado con el negocio, cuyo propósito es la sostenibilidad y del cual se busca obtener un crecimiento. Seguido de esto, es pertinente que la empresa busque un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental para obtener mejores resultados y por supuesto no olvidar que la inversión social debe ser voluntaria, y llevarse a cabo desde una gestión social que termine en acción social, que debe estar debidamente planeada para no llegar a convertirse en empresas de beneficencias a los más necesitados.
En su página web, EPM afirma que la compañía entiende la RSE como “los compromisos de origen obligatorio o voluntario que EPM asume en su relación con los grupos de interés conservando como objetivo central la sostenibilidad.”[2] Pero este concepto tan bien logrado, que denota compromiso y responsabilidad,  en la vida real no es tan responsable.
En junio de 2011, un grupo de campesinos y pequeños mineros se movilizaron contra los atropellos de EPM en la construcción de represas, tomando como base las falsas declaraciones que en ese tiempo hizo EMP en contra de los campesinos y mineros habitantes de Amalfi, Antioquia, motivo por el cual la construcción de las hidroeléctricas fue interrumpida, y las afectaciones económicas y ecológicas a las que tuvieron que someterse, sin encontrar ninguna respuesta ni solución por parte de la entidad[3].
Otro caso similar tuvo lugar en septiembre del 2012, un plantón frente al edificio EPM en contra del mega proyecto Hidroituango, como forma de mostrar presencia y resistencia ante los conflictos que se han venido generando en los municipios de Ituango, Toledo, San Andrés de Cuerquia y Briceño. Esta vez, EPM tampoco atendió el llamado de las comunidades afectadas por dicho proyecto, demostrando la no voluntad de diálogo[4].
Los anteriores casos ponen al descubierto ciertas inconsistencias de la Responsabilidad Social Empresarial de EPM, que no es la única empresa en Colombia o en el mundo que profesa unas políticas responsables, y que al momento de ponerlas en práctica son los resultados y la sociedad los que tienen la palabra.
En este sentido, Adela Cortina asegura que el nuevo mantra que deben asumir los Estados y las empresas de cualquier dimensión debe ser “Proteger, respetar y remediar” ya que no sólo los individuos son responsables de sus actuaciones, sino también las organizaciones, algunas de las cuales tienen un enorme poder, y a mayor poder, mayor debe ser la responsabilidad asumida[5].
Con el fin de evitar abusos, atropellos y extralimites en el papel de las empresas con la sociedad en la que se desenvuelven, la ONU creó el Pacto Global de las Naciones Unidas, con el único objetivo de fomentar la ciudadanía corporativa e invitar al sector empresarial a ejercer un papel protagónico en temas de responsabilidad social y desarrollo sostenible,  fundamentado en la integración de diez principios que contienen respeto a los derechos humanos y laborales,  protección al medio ambiente y la lucha contra la corrupción[6].
Quizá los puntos más delicados y a los que deba prestársele mayor atención del  pacto global sean los que tienen que ver con la protección del medio ambiente, ya que la mayoría de empresas al momento de llevar a cabo su labor económica afectan casi siempre directa o indirectamente el medio ambiente, y esto termina afectando tarde o tempano a toda la sociedad, generando inconformidades y malestares en la población que se traducen en manifestaciones, plantones, marchas y demás acciones populares que perjudican la imagen, la reputación y la confianza de las organizaciones implicadas.
De esta forma, “la Responsabilidad Social Corporativa no constituye una opción adicional ni un acto de filantropía. Una empresa socialmente responsable es aquella que lleva adelante un negocio rentable, teniendo en cuenta todos los efectos ambientales, sociales y económicos –positivos y negativos- que genera en la sociedad”[7]. La responsabilidad de una empresa implica “dar cuentas”, ser más transparentes en la información que ofrecen a la sociedad en relación con sus prácticas y formas de gestionarse y por otro lado ser capaz de “dar respuestas” a las expectativas que la sociedad tiene depositadas en la empresa, tener un comportamiento ético ajustado a las normas sociales que le permitan garantizar la competitividad, la aceptación y la confianza de los grupos de interés y de la sociedad en general.




[1] Libro Verde Sobre RSE (Unión Europea); La Responsabilidad Social Empresarial Oportunidades Estratégicas, Organizativas y de Recursos Humanos. Santesmases, Mestre Miguel
[2] Página web EMP:  http://www.epm.com.co/site/home/institucional/sostenibilidadepm.aspx. Tomado el 2/11/2013 – 8:12pm
[5] Diario El País. Página web: http://elpais.com/diario/2010/02/04/opinion/1265238005_850215.html. Tomado el 2/11/2013 – 9:46pm
[6] http://www.pactoglobal-colombia.org Tomado el 2/11/2013 – 10:07pm

Lo que implica ser éticamente correcto para un comunicador social

Por  Adriana María García Fonseca

La profesión de Comunicación social – Periodismo  implica asumir ciertos retos a nivel ético y un compromiso con la sociedad, para desarrollar un buen periodismo se tiene que iniciar por entender la importancia y el compromiso que tiene el periodista, para lo cual existen códigos éticos en este caso el de Chile en donde afirma que es un marco de trabajo para dirigir las funciones de los periodistas, dentro de estas funciones esta  respetar la dignidad y la vida de las personas , busca la justicia entre otros, todas estas funciones hacen del periodismo un trabajo que va de la mano con la sociedad que va más allá de llenar un espacio en radio, prensa y televisión.
Así mismo Javier Darío Restrepo en su libro ética para periodistas señala que aquel periodista que trabaja por conseguir una “chiva” no demuestra su buena calidad profesional es solo información comercializada que no tiene interés público ni obedece a consideraciones de bien común1, es esto lo que debe caracterizar a un medio periodístico, transparencia, no buscar la oportunidad o la noticia para sacar provecho de ella, lucrándose o manipulándola , solo para lograr un posicionamiento en el mercado ,a esto se les denomina amarillismo y el maniqueísmo y sensacionalismo son las principales  formas que se utilizan en los medios para lograr causar de forma poco ética un interés del lector hacia el medio.

Por el contrario para generar credibilidad  Javier Darío en su libro señala que la rectificación es una buena arma para los medios, ya que la mayor honestidad y franqueza es reconocer las equivocaciones así se genera confianza en el público sobre el material informativo que se ofrece, todas las informaciones que hace este escritor en su libro por no mencionar cada una de ellas  deberían ser una características de cada medio.
Hugo Aznar en el artículo “los códigos de ética no sirven” afirma que estos códigos comparten el objetivo común de poder servir para mejorar el tratamiento afirmativo de algunas de las  cuestiones sociales de mayor actualidad2. Así mismo señala que estas pautas útiles ciertamente pueden tener validez y eficacia en su trabajo, por tanto, es deber de los profesionales conocer cada uno de los artículos del código ya que de este modo estamos promoviendo desde el propio ejercicio profesional el uso de estas reglas.
Así mismo se ratifica que los códigos de ética si sirven cuando observamos que en algunos canales de televisión se hacen rectificaciones sobre algún tema de actualidad, cuando se evidencian denuncias en periódicos como es el casi de la columna de opinión de Manuel Azuero, en donde habla sobre la monopolización que hay actualmente en el canal TRO, son estas actuaciones las que ratifican que el aplicar los códigos genera credibilidad y confianza. Así mismo es importante que estos códigos éticos estén complementados por la conciencia ética del profesional, la conciencia de quien aplica el código a las circunstancias concretas de cada caso, de esta manera los códigos éticos serán más eficientes como lo ratifica Hugo Aznar.

En cuanto a la parte televisiva encontramos leyes de regulación como la ley 14 del año 19913 donde las  organizaciones regionales de televisión tienen dentro de sus funciones, realizar programas de televisión de carácter preferentemente educativo, cultural y de promoción para el desarrollo integral de la comunidad,  evidentemente si analizamos un canal como TRO solo los noticieros tiene el carácter regional la demás programación de este canal es como lo señala Omar Rincón Telebasura.
Omar Rincón en su artículo “Los Diez Mandamientos para Hacer Televisión Educativa”3 da a conocer varias posibilidades para fomentar por medio de programas el aprendizaje, él dice que la televisión es educativa en la formación de proyectos de colectivo social mas no en aprendizajes propios de la escuela, también señala que la televisión es educativa por los usos que se le a las imágenes y sonidos.
Siguiendo con la regulación de la televisión esta la ley 182 del año 1985 en el capítulo II hace referencia al contenido de la televisión en donde la CMTV  ahora Autoridad Nacional de Televisión  (ANTV) debe reglamentar y velar por el establecimiento y difusión de franjas u horarios en los que deba transmitirse programación apta para niños o de carácter familiar. De acuerdo a esto los canales deberían tener establecidas franjas horarias en donde se diferencia la programación  para adultos mayores como para niños que debería ser más educativa cultural o social.
Siguiendo lo anterior y teniendo en cuenta los últimos programas como protagonistas de nuestra tele entre otros que tienen contenido poco adecuado para los menores de edad, si sea necesario readecuar las franjas horarias teniendo en cuenta que los menores de edad fácilmente se están quedando despiertos hasta altas horas de la noche, o si sea esta la tarea solamente de los padres de familia el enviar a dormir a sus hijos a las ocho de la noche cuando inician programas con contenidos poco educativos.

Implica también la labor social que el comunicador debe desarrollar en las  empresas en donde le corresponde un carácter social de las actividades económicas, exige que la empresa este obligada para el bien  común de la comunidad que  desenvuelve sus actividades, también se recalca que la responsabilidad social empresarial es la capacidad ética de las empresas para responder a los desafíos de la sociedad. Es también un llamado a sentirnos parte de la comunidad viviente que existe en el planeta tierra, son estas algunas de las pautas que se recalcan como funciones básicas de la responsabilidad social de una empresa.
Las empresas también deben cumplir con los principios Básicos del Global Compact4 que tiene que ver con el Área de Derechos Humanos, Medio Ambiente, Estándares Laborales, Anticorrupción, basado en las declaraciones y convenciones universales, algunos de los principios que se señalan son las empresas deben apoyar y respetar la protección de los Derechos Humanos, apoyar la eliminación del trabajo forzado , mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente del lugar donde desarrolla sus actividades comerciales. Es importante recalcar que este Global Compact es el único que hacer que de alguna manera las empresas contribuyan a la protección del medio ambiente.
Finalmente los comunicadores sociales tenemos una gran responsabilidad con la  sociedad desde los diferentes campos de acción, es deber de comunicador social- periodista  tener en cuenta los diferentes códigos de ética, buscando la justicia, evitando sanciones judiciales y profesionales, Javier Darío Restrepo señala mecanismos como la rectificación evitando caer en el  amarillismo, el maniqueísmo y sensacionalismo.                                                                

Por otro lado esta también lo relacionado a la parte televisiva  en donde se debe estar al tanto de las diferentes leyes que regulan el funcionamiento y contenido programático de las cadenas, leyes como  la 14 del año 1991 ratifica que  dentro de sus funciones, los entes televisivos deben realizar programas de televisión de carácter preferentemente educativo, cultural y de promoción para el desarrollo integral de la comunidad, entre otras, la labor social de las empresas donde el comunicador  ir a favor de un carácter social de las actividades económicas, exige que la empresa este obligada para el bien  común, como comunicadores somos también vigilantes de todas los actos que se den en favor de la sociedad  desde el estado teniendo en cuenta cada una de los parámetros que señale anteriormente, somos dueños de los medios y con ellos podemos transformar la sociedad, buscar un cambio significativo en la comunidad.

 1 RESTREPO, Javier Darío- HERRAN, Ma.Teresa, “Ética para periodistas” – Edición ampliada para América Latina
2 AZNAR, Hugo – “Los códigos éticos no sirven” en www.razonypalabra.org.mx
3 RINCON, Omar – “Los diez mandamientos para hacer televisión”
4 GLOBAL Compact -  “10 principios” - http://www.pactomundial.org/quienes-somos/10-principios