jueves, 8 de noviembre de 2012


¿Cuán importante es la Deontología en los procesos de comunicación?
Lizeth Báez Cataño

 “El acto de comunicar es un proceso complejo en el que dos o más personas se relacionan y,  a través de un intercambio de mensajes con códigos similares, tratan de comprenderse e influirse de forma que sus objetivos sean aceptados de manera prevista, utilizando un canal que actúa de soporte en la transmisión de la información”[1]

Como bien se sabe todos necesitan dar a conocer lo que piensan y/o quieren, además de saber cuáles son los deseos de su entorno. Es por esto que desde que nacemos, somos seres humanos en busca de un conocimiento en lo posible absoluto, en el que se requiere un método que permita el intercambio del mismo. La herramienta utilizada para lograr tal fin es el lenguaje, que genera estructuras semióticas las cuales se acoplan a un contexto específico que facilita la transmisión de diversos tipos de sensaciones que diariamente comunicamos; Pero, ¿hasta qué punto todo lo que deseamos comunicar y como lo estamos comunicando, es aceptado de buena forma por mi receptor y codificado de tal manera que genere impacto en él?

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, la deontología de la comunicación es: La ciencia o tratado de los deberes; es decir que, son “principios morales que se le exigen a un grupo, o que establecen entre ellos mismos, para actuar siguiendo una conducta ética”[2].

El dilema no es comunicar, ni qué se quiere comunicar, sino el cómo lo comunicamos, por cuáles medios hacemos llegar el mensaje de comunicación y qué tan provechosos y productivos son esos procesos comunicativos que entablamos al emitir información de un tema, dirigido a un grupo determinado.

La Teoría de la Comunicación Humana habla de los niveles de contenido y de relación en la comunicación, donde explica que toda comunicación poseerá un contenido (lo que se dice) y una relación (a quién y cómo se dice). A través de la comunicación, todos podemos expresar nuestra forma de ser y la visión de la relación con la otra persona, además una comunicación no solo transmite información sino que, al mismo tiempo, impone una conducta o un comportamiento[3].

No todo lo que decimos se somete explícitamente al proceso comunicativo, puesto que el nivel de relación casi nunca es medido o pre elaborado, la mayor parte de las veces se emite el contenido de la información; pero, estos deben ir asociado ya que es significativo mantener una relación de coherencia para poder entender dicha relación. 

Es importante controlar los procesos comunicativos que mantenemos a diario, ya que oralmente se emiten muchos mensajes en poco tiempo, es decir que, no siempre se puede tener una previa planeación de lo que se quiere expresar. Por ejemplo en la radio que es realizada en vivo, es pertinente contar con la presencia de un ombudsman, pues según Flavia Powels, es él quien sirve de mediador de los contenidos que se transmiten en tiempo real y de las inconformidades que los oyentes tienen frente a ellos.

Abordando todos los ámbitos en los cuales se emite la radio, sea público, privado, comunitario o virtual, y teniendo presente que la mayoría de las personas son consumidores de este medio, es preciso analizar que los usuarios, son seres humanos que pertenecen a una comunidad específica y que merece algún espacio, que le permita decidir qué contenidos quiere escuchar y cuáles considera él, deben ser omitidos de las franjas.

En el texto “La Experiencia del Primer Defensor del Oyente en una Radio Publica en Argentina”, se menciona la autorregulación como un compromiso ético asumido voluntariamente, en donde los medios se ajustan a algunas normas y valores impuestos desde su propio seno; Lo que trae como consecuencia que el oyente confié en la emisora y en la calidad de sus productos.

Iván Darío Chaín, director de la emisora “La Cometa”, afirma que en ese espacio se puede conocer la audiencia que los escucha y tener claro los criterios de la misma, y así aportar al bien común, en un proceso comunicativo en el que participan tanto el emisor como el receptor y se codifica un mensaje que ha sido preparado con tiempo y dedicación.

También en los procesos comunicativos es necesario medir palabras, dichos y referencias  que vayamos a utilizar en cualquier lugar, sea en conferencias, salón de clases, debates y etc., de escenarios que permitan la retroalimentación de temas que involucren varios protagonistas y que además de ello, se busque un beneficio común en cuanto a conocimientos se trata.

Tener presente los derechos de la sociedad, en pro del respeto constante en cualquiera que sea la ocasión, conlleva a que la acción de comunicar se torne honesta para ambas partes (emisor y receptor), de esa manera la labor se volverá autentica e incluyente por  todas las partes, así la participación será activa y educada.

Al unir la moral con la ética, se obtiene un conjunto de normas que regulan la conciencia profesional de un informador, es por eso que regir nuestro este acto con códigos deontológicos, crea la cultura del respeto por la persona que me esta leyendo, oyendo o viendo, porque este trabajo impone la responsabilidad social y la veracidad informativa. Kapuscinski afirma que:

“Un periodista debe ser un hombre abierto a otros hombres, a otras razones y a otras culturas, tolerante y humanitario…”


[1] PROFESOR EN LÍNEA, Elementos que intervienen en la comunicación [online], http://www.profesorenlinea.cl/castellano/Comunicacion.htm.

[2]GONZALEZ Amarillo María, Ética y Deontología de la Comunicación [online],


[3]CIBANAL Luis, Teoría de la Comunicación Humana [online], http://www.aniorte-nic.net/apunt_terap_famil_3.htm, [24 de Julio de 2011].

El PERIODISTA VS EL CIUDADANO: DEBER ÉTICO DEL PROFESIONAL DE LA COMUNICACIÓN
Por Mayra Alejandra Durán Prada
La función del periodista no se puede entender separada de la responsabilidad de él con la sociedad, ya que según el Código de Ética del Círculo de periodistas de Bogotá “La comunidad tiene derecho a una información veraz, equilibrada y oportuna y el periodista está en el deber de proporcionársela en estos términos” [1].
Sin embargo, en la actualidad las audiencias están generando contenidos, y a su vez la veracidad, pertinencia y equilibrio de los mismos son las variables más complejas de controlar, obedeciendo a un proceso de globalización como asegura Gildardo Martínez.[2] A esto se suma la noción de periodismo ciudadano, como una forma de utilizar el Internet para difundir y producir. Bajo esta idea, todos los llamados “ciudadanos” están llamados a hacer periodismo, entonces  ¿cuál es el papel del periodista profesional, sí los ciudadanos están produciendo su propia información? Y sobre todo ¿cuál es la responsabilidad ética del periodista frente a su audiencia con el gran flujo de información que se genera en la web?
Para resolver el anterior cuestionamiento, es necesario detenerse en el término ciudadanía, que por sí solo ya no obedece a los límites territoriales, sino a una noción de sujetos de derecho pertenecientes a una aldea global, como afirma Héctor Leis, con participación y fuerte sentido de contestación[3]. Por tal motivo, Néstor García Canclini[4] menciona que “el creciente desarrollo y complejidad de interrelaciones planetarias sobre una base mundial, permiten que ideas claves de actores locales y nacionales traspasen los límites territoriales de los Estados- naciones consiguiendo en otros el reconocimiento y legitimación del sus necesidades y conflictos” En consecuencia, se genera toda una dinámica social que afecta las formas tradicionales de comunicación y como acota Martín Barbero, se da un ecosistema comunicativo en el que a través de la Internet los ciudadanos se dan cuenta que son capaces de construir espacios para acciones colectivas translocales.[5]
Pero, ese ecosistema que menciona Barbero se fundamenta principalmente en la idea de red, llegando al periodismo ciudadano: aquel que permite una participación activa de los actores sociales frente a la información de interés público, según Koldobica Meso Ayerdi.[6] El asunto es que la participación social no se podría dar sin el artilugio técnico del Internet al servicio de sus usuarios. Abrir una cuenta de correo no implica gran esfuerzo y pertenecer a una red social no genera costos por el momento, asimismo todos tienen algo que contar y al hacer parte de una aldea global, la información local es necesaria para no perder la identidad.
Tan sólo en Colombia, uno de los casos más importantes del periodismo ciudadano es el de Vivir en el poblado[7], primer diario comunitario editado en el país que se destaca por que sus periodistas son habitantes del sector, pero además porque mantiene un orden estrictamente local en el manejo de los temas.  Igualmente, en la actualidad el periodismo se ha limitado en gran medida a sumar las opiniones de los ciudadanos para emitir comunicados oficiales a través de los medios de comunicación que han sido legitimados por la sociedad y por lo tanto le atribuyen a la información el sello de veracidad. Esto a través del Crowdsourcing “del inglés: la multitud como fuente” que implica reconstruir a través de varios usuarios un hecho o un conocimiento.[8]
Sólo con esta técnica se podrían generar resultados como el del proyecto Aday[9] que convocó al mundo a tomar fotos el día 15 de mayo con la idea de dejar un precedente histórico para futuras generaciones y del cual aún no se conoce el resultado, o el proyecto One day on earth un documental generada a partir de más de 3.000 horas de imágenes recogidas el 10 de octubre de 2010.
Pese a lo que se ha logrado con estos proyectos, se requiere pensar otra vez en la figura del periodista. ¿Es acaso esta un profesión innecesaria, ya que todos pueden informar? Porque para recibir y juntar opiniones de la ciudadanía, ya existen software codificados que realizan este trabajo, como es el caso de Ushahidi[10] que significa “testimonio” en swahili y esa es la principal fuente de la que se nutre esta plataforma de código abierto a través de la cual los ciudadanos pudiesen informar, en tiempo real, de una situación de emergencia durante la época de elecciones en Kenya. Sin filtros, sin intenciones, parece deslegitimar la función del periodista.
Entonces, es necesario hacer una precisión conceptual. Desde el modelo de Laswell, el acto comunicativo ha incluido emisor y receptor. El acto no se lleva a término sin que exista feedback o retroalimentación. Por lo tanto, “El comunicador–informador profesional tiene la obligación de conocer y atender los intereses y necesidades legítimos de un destinatario–usuario que debe intervenir, a su vez, de manera consciente, activa y comprometida” como asegura Elena Real Rodríguez[11], pero el hecho de dar protagonismo al receptor no implica que este pueda llegar a convertirse en profesional.
Igualmente, cuando el usuario informa y genera contenidos está obrando por el respeto de su derecho a la libre expresión. Un derecho inherente a su ser, pero el periodista, como sugiere Real Rodríguez, actúa como un profesional al servicio de unas facultades confiadas por la sociedad y por lo tanto le implica una responsabilidad ética con ésta, dada la dificultad que el propio colectivo social tiene de poder desarrollarlas con el debido cuidado por sí mismo, a pesar de los avances tecnológicos. [12] También Javier Darío Restrepo[13] acota que los medios digitales amplifican los deberes éticos del periodista por cuanto aumentan la posibilidad de contacto con otras personas. Por eso, en vez de oponerse a las nuevas tecnologías, el periodista tiene el deber de conocerlas, utilizarlas y usar la información pero a manera de intérprete: es el artífice que ayuda a entender la realidad que rodea a una sociedad.
Según José Luis Martínez “el imperativo de la exigencia ética del periodista en su práctica profesional consiste en el respeto corporativo a la teoría de los géneros periodísticos”[14]. Y es ahí en donde sitúa la diferencia entre el ciudadano y un verdadero periodista, ya que el último ha sido formado para realizar géneros que profundicen el tema y se sobrepongan a una noticia escueta. Entonces la pregunta es si ¿está el ciudadano en condiciones de respetar las normas deontológicas, inseparables del concepto clásico de la profesión? ¿Acaso el ciudadano tiene claro que su información debe ser veraz, oportuna y sobre todo encaminada a defender el bien común?
Sí lo sabe es obra de su lógica común, pero no ha recibido una formación en el tema. Tampoco quiere decir que un ciudadano no pueda ser un periodista, sino que en esta profesión se hace no se nace. Finalmente, el deber de reivindicar el periodismo es de ellos mismos, ya que en la medida en el que se evidencie el rol que cumplen para la interpretación holística de la realidad se seguirá pensando que sólo se necesita periodismo ciudadano sin periodismo y sin periodistas[15]
En conclusión, David Parra y José Álvarez “siempre serán necesarios profesionales que administren con eficacia y honradez el derecho a la información de los ciudadanos. Los públicos siempre necesitarán intermediarios capaces de investigar la realidad y difundirla. Las bases de datos no pueden reemplazar a los periodistas. Ni siquiera la posibilidad del acceso directo de los usuarios a las fuentes y archivos documentales quebrará la necesidad de contar con profesionales eficaces que filtren, seleccionen y den forma a los mensajes” (PARRA y ÁLVAREZ, 2004: 143).


[1]Código de ética del Círculo de periodistas de Bogotá. [On line]Disponible en:  http://eticasegura.fnpi.org/2011/12/27/conozca-el-codigo-de-etica-del-circulo-de-periodistas-de-bogota/
[2] MARTINEZ, Gildardo. Internet y ciudadanía global: procesos de producción de representaciones sociales de ciudadanía en tiempos de globalización. [On line]Disponible en: http://www.globalcult.org.ve/pub/Rocky/Libro2/Martinez.pdf
[3] LEIS. Héctor Ricardo.  Globalización y democracia en los 90.
¿Hacia un espacio público trasnacional? [On line]Disponible en:
[4] GARCÍA, Canclini. Internet y ciudadanía global: procesos de producción
de representaciones sociales de ciudadanía en tiempos
de globalización. [On line]Disponible en: http://www.globalcult.org.ve/pub/Rocky/Libro2/Martinez.pdf

[5] MARTIN- BARBERO, Jesús. La globalización en clave cultural:
una mirada latinoamericana. [On line]Disponible en: http://www.er.uqam.ca/nobel/gricis/actes/bogues/Barbero.pdf
[6] MESO AYERDI, Koldobica. [On line]Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/160/16009003.pdf
[7] VIVIR EN EL POBLADO [On line]Disponible en: http://www.vivirenelpoblado.com/iquienes-somos
[8] El Crowdsourcing: alternativa para superar la crisis. [On line]Disponible en:  http://apfoselblog.wordpress.com/2012/04/
[9] ADAY.ORG [On line]Disponible en:  http://www.aday.org/news/2012-05-16/first-pictures
[10] Crowdsourcing y software libre como herramientas de cambio social: Ushahidi. [On line]Disponible en:  http://unpasomas.fundacion.telefonica.com/blog/2012/02/13/crowdsourcing-y-software-libre-como-herramientas-de-cambio-social-ushahidi/
[11] REAL RODRIGUEZ, Elena. Periodismo ciudadano versus Periodismo profesional: ¿somos todos periodistas?. [On line]Disponible en:  http://www.buenastareas.com/ensayos/Periodismo-Ciudadano-Vs-Periodismo-Profesional/740755.html  
[12] Ibidem
[13] RESTREPO, Javier Darío. ¿Cuáles son los retos éticos para los periodistas del siglo XXI en virtud de su incursión en los medios digitales? [On line]Disponible en:  http://www.fnpi.org/consultorio-etico/consultorio/?tx_wecdiscussion%5Bsingle%5D=35546FNPI
[15] PARRA VALCARCE, David y ÁLVAREZ MARCOS, José
2004: Ciberperiodismo. Madrid, Síntesis. [On line]Disponible en:  http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n42/lcastillo.html


Comunicación ¿Desarrollo o Cambio Social?

Por Kendy Jaimes
Actualmente  en las carreras profesionales de Comunicación Social –Periodismo se  destaca  el perfil del comunicador orientado hacia la comunicación para el cambio social,  como mediador de procesos y puente entre las comunidades y las diferentes autoridades. Sin embargo, esto ha significado una evolución del concepto  ya que  anteriormente se conocía como comunicación para el desarrollo. Es por ello,  que en este punto, surge la necesidad de esclarecer  cada uno de los conceptos para así resaltar el papel del comunicador y los fines que debería realizar  como  gestor social  en los proyectos de comunicación.
Pues bien, Según Alfonso Gumucio en su texto La comunicación para el cambio social, clave del desarrollo participativo,  define la  comunicación para el desarrollo como  aquella que se fundamenta en la “teoría de la modernización  y en las técnicas de estrategias de información utilizadas por el gobierno de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y la Industria Norteamericana para publicitar sus productos comerciales” [1]es por ello , que su enfoque radica en la “tenencia y tecnificación de la tierra, falta de libertades colectivas, opresión a las culturas indígenas ,  injusticia social y política y por ende carencia de información y conocimiento”[2] , ya que  todo se encamina a la expansión del mercado y los mensajes que se emiten solo buscan persuadir mas no educar. Así mismo, el conocimiento se manifiesta de manera unidireccional y se hace una valoración a lo local y al respeto de las formas tradicionales de organización social

Con base en el contexto anterior, es que en la actualidad aparece un nuevo concepto que según algunos autores como Alfonso Gumucio y Clemencia Rodríguez es el apropiado para visualizar tanto la participación de las comunidades y los comunicadores sociales. Ahora bien, el término que hoy se plantea es el que refiere a la comunicación para el cambio social, entendida como el proceso de participación de todas las partes para desarrollar diferentes proyectos encaminados al mejoramiento de la calidad de vida de las personas .No  obstante, es ésta comunicación lo más importante es el proceso y no el producto y además, el modelo de trasmisión de información es bidireccional.
Continuando con el tema y  una vez  esclarecidos los conceptos cabe preguntarse,    la comunicación ¿ para el desarrollo o para el cambio social?,  pues bien, en la respuesta a este interrogante, es importante decir  que la comunicación del hoy está enfocada a generar un cambio social, pero ¿cuál es el aporte del  comunicador en este aspecto? . En un principio, cabe destacar que los profesionales que desempeñan este perfil deben sentir pasión por lo que hacen en la medida que el trabajo con las comunidades se torna difícil mas no imposible, es por ello,  que en este punto los comunicadores deben ser estrategas para que las comunidades desarrollen las actividades y a la vez sientan empoderamiento de las mismas.
De igual manera, se hace necesario  recurrir al texto planteado por la Red de Gestores Sociales llamado Guía de Comunicación para la Gestión y el Desarrollo Social, ya que designa y señala el aporte del comunicador .En un principio, éste debe ser un agente de cambio que “facilita, estimula, promueve y propone diferentes objetivos y actividades, de acuerdo con el área en donde se desempeñe y el contexto en donde se encuentre, contribuyendo con su liderazgo, dinamismo, entre otros”[3]. Además, es un  catalizador que sirve de “canal de conocimiento de las diferentes necesidades, establece vínculos estratégicos con las personas y grupos, adelanta contactos con las instancias de orden internacional, nacional, o local, y propicia la consolidación de redes de intercambio de trabajos y experiencias en los procesos sociales en el cual facilita, promueve y crea las estrategias para que las personas se empoderen y gestionen su propio desarrollo social, humano y económico.”[4]
De igual forma, el comunicador está en la tarea de cumplir a cabalidad cada una de las funciones de la comunicación como se describe en el texto. Las etapas que se deben desarrollar para qué un  proyecto social cumpla su objetivo, inician en el diagnóstico  en el  cual el comunicador debe tener un conocimiento preciso de la comunidad con la cual va a trabajar para saber así sus necesidades prioritarias. Seguidamente,  interviene la planeación en donde el profesional en comunicación planea el cómo del proceso y a su vez fija la estrategia a desarrollar para que de  u otra manera  se cubra la necesidad insatisfecha.
 Una vez, desarrollado lo anterior se continúa con el proceso y la etapa de formulación en donde se plantean los objetivos y acciones que ayudarán  a cumplir la estrategia .Posteriormente, interviene la ejecución que es la puesta en marcha de lo planeado a lo cual se le debe hacer un seguimiento para analizar cómo va el  proceso y corregir las dificultades para que de esta manera se proceda al control y evaluación en donde se observa y se critica si los objetivos inicialmente planteados se cumplieron o no.
Además de esta labor, el comunicador como gestor social está en la capacidad de ejercer gestión pública, cultural y comunitaria, es decir, en primer lugar debe ser fiscalizador de los recursos del estado para que visualice si los dineros se destinan a lo estipulado o se desvían. En segundo lugar, ser un puente mediador entre la comunidad y el Estado. Cabe aclarar, que este punto no solo lo debería desarrollar el comunicador sino toda la sociedad porque lastimosamente la realidad solo muestra que aunque se presentan quejas y criticas solo se quedan ahí y los mismos seres humanos no dan trascendencia al proceso y ahondan en el mismo, motivo que conlleva a que los gobernantes piensen en su bien  particular y no en el interés colectivo.
Ahora bien, es necesario recurrir nuevamente al  texto  expuesto por el autor Alfonso Gumucio  en el que señala siete premisas que se deben desarrollar desde la comunicación en la gestión de los procesos sociales: sostenibilidad (participación) en los cambios sociales  cuando los individuos se apropian del proceso  y sienten   empoderamiento de lo que estén realizando ; comunicación horizontal en donde se debe ampliar las voces de los más pobres; las comunidades como agentes de su propio cambio y gestoras de su propia comunicación ; la comunicación para el cambio social promueve el diálogo y la participación evadiendo la persuasión ; los resultados del proceso deben ir más allá del comportamiento individual tomando las normas sociales, culturales y políticas. Además, el diálogo como eje fortalecedor de la identidad cultural  y el rechazo al modelo lineal de trasmisión de información.
De acuerdo a lo anterior, el comunicador contribuye a ser un gestor social si en conjunto con lo mencionado desarrolla las premisas expuestas por Gumucio. Cabe resaltar, que hay varias organizaciones que se dedican a la gestión de proyectos sociales y una de ellas es  el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio en donde trabajan con diferentes comunidades  para solventar una necesidad que se  esté  viviendo. En este punto, los comunicadores también deben estar vigilando si efectivamente se están desarrollando  todas las etapas de un proyecto social o sí sencillamente se valen de una necesidad para lucrar sus intereses económicos.
Con lo expuesto anteriormente, queda claro lo que refiere a la comunicación para el desarrollo y para el cambio social, de modo que los futuros profesionales  en esta área ya tienen bases para poder desarrollar sus trabajos con las comunidades.  Así mismo, es necesario resaltar que desde la comunicación para el cambio social se está generando desarrollo ya que se contribuye al mejoramiento y calidad de vida de las personas.


[1] GUMUCIO, Alfonso. Comunicación para el cambio social: clave del desarrollo participativo. (Online) citado el 13 de mayo de 2012. Disponible en: http://mantis.upbbga.edu.co/file.php/951/CMCcambio_social_GUMUNCIO_Articulo.pdf

[2] Ibid
[3] FLOREZ AGUIRRE, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. Opus cit, pág. 23.
[4] Ibid

Comunicación para el cambio social = desarrollo humano, social y económico
Por  Kelly Canales

En los últimos años Colombia ha iniciado procesos de gestión social, para mejorar las condiciones de vida de las personas mediante experiencias comunitarias que permiten de una u otra manera su desarrollo social y económico, teniendo en cuenta que la gestión es “una acción integral, entendida como un proceso de trabajo y organización en el que se coordinan diferentes miradas, perspectivas y esfuerzos para avanzar de manera eficaz hacia la consecución de objetivos concretos”[1] y de este modo lograr el propósito de desarrollo en la comunidad  “creando las condiciones necesarias para la superación de las desigualdades sociales y la organización de una sociedad más equitativa, que posibilite el acceso a mayores oportunidades y brinde la seguridad de unas garantías mínimas que permitan unos niveles aceptables de bienestar para todos[2]. Este proceso, hace parte de lo que hoy conocemos como comunicación para el cambio social, la cual nace en los Estados Unidos desde la teoría y en Latinoamérica en la práctica. 

Thomas Tufte y Alfonso Gumucio-Dragón en su texto “Antología de Comunicación para el Cambio Social”, explican que la comunicación para el cambio social es un abordaje al área de las comunicaciones que busca favorecer un desarrollo social basado en principios de justicia, tolerancia, equidad y diversidad. A nivel teórico, es la conceptualización de la comunicación como un proceso que se basa en el diálogo y la inclusión de todos los ciudadanos y a nivel metodológico, desarrolla estrategias para ayudar a que las personas logren un poder que les permita participar activamente en su desarrollo.”[3] Así mismo, es un proceso “que supone un diálogo público y privado a través del cual la propia gente define lo que es, lo que quiere y necesita, y cómo trabajará colectivamente para obtener aquello que contribuirá al mejoramiento de su vida”[4]. Cabe resaltar, que la Comunicación para el Cambio Social surge de situaciones de exclusión social. Principalmente nace en Latinoamérica con experiencias como la radio comunitaria de los mineros en Bolivia y en Colombia con Radio Sutatenza en 1947. Estas experiencias comunitarias permiten inferir que proyectos sociales que buscan mejorar la calidad de vida de las personas es posible cuando las mismas se apoderan y hacen que el proceso cumpla con los objetivos propuestos.

Para lograr lo anteriormente expuesto, es necesario abarcar las principales premisas de la comunicación para el cambio social planteada por Alfonso Gumucio en su texto “La comunicación para el cambio social clave del desarrollo participativo”, entre las cuales encontramos, la sostenibilidad (participación) de los cambios sociales es más  segura cuando los individuos y las comunidades afectadas se apropian del proceso y de los contenidos comunicacionales;  la comunicación debe ser horizontal y por ende genera el sentido comunitario; las comunidades deben ser agentes de su propio cambio y gestoras de su propia comunicación; apropiación del diálogo, debate y negociación desde el seno de la comunidad;  los resultados del proceso deben  ir más allá de los comportamientos individuales, y tomar en cuenta las normas sociales, las políticas vigentes, la cultura y el contexto del desarrollo; el diálogo y la participación, fortalece la identidad cultural, la confianza, el compromiso, la apropiación de la palabra y el fortalecimiento comunitario;  rechaza el modelo lineal de transmisión de la información y promueva la comunicación doble vía.

Una vez conocidas, las premisas de la comunicación para el cambio social, es pertinente decir, que deben existir condiciones que son necesarias para los procesos de comunicación para el cambio social.  Gumucio[5]explica, en primer lugar, que la comunidad debe participar y apropiarse de los procesos comunicativos,  apoyarse en su lengua y cultura, generar contenidos locales  fortaleciendo el conocimiento y el aprendizaje, usar la tecnología apropiada, dependiendo de las necesidades a satisfacer, y por ultimo, converger y crear redes para intercambiar  y consolidar procesos que de una u otra manera los enriquece.

Luego de haber profundizado en la teoría de la comunicación para el cambio social y lo que esto comprende, es importante conocer el rol del comunicador como gestor social en este proceso. El comunicador, no solo como aquella  persona que informa sino como ese agente de cambio que “facilita, estimula, promueve y propone diferentes objetivos y actividades, de acuerdo con el área en donde se desempeñe y el contexto en donde se encuentre, contribuyendo con su liderazgo, dinamismo, entre otros"[6]. Así mismo, debe ser ese catalizador que sirve de “canal de conocimiento de las diferentes necesidades, establece vínculos estratégicos con las personas y grupos, adelanta contactos con las instancias de orden internacional, nacional, o local, y propicio la consolidación de redes de intercambio de trabajos y experiencias"[7], lo que le permite adelantar proyectos sociales que buscan mejorar las condiciones de vida de las personas y superar las desigualdades sociales. Ya se conoce, el rol del comunicador en los procesos sociales, ahora bien, la pregunta que surge en este punto es, ¿cuál  es la función que desempeña la comunicación para la gestión social?
Para dar respuesta a este interrogante, retomo las palabras de Aguirre Flórez, Alejandro Espitia y Javier Aníbal, en la “Guía de comunicación para la gestión y el desarrollo social”, donde expresan que la función de la comunicación es fundar el sentido individual y colectivo, afianzar el lazo social entre los sujetos y así (re)construir el tejido social, supera la difusión e incluye a los medios, teniendo en la cuenta que este no simplemente se reduce a comunicación, sino que va mas allá de herramientas tecnológicas, las cuales se articulan a la conformación e intercambio de culturas, a la organización económico y social, y a la construcción de consensos y disensos políticos en una sociedad que busca ser justa.

Sabemos la función de la comunicación en los procesos de gestión social, la cual para que se lleve a cabo satisfactoriamente y logre los objetivos propuestos, el comunicador debe realizar sistemáticamente las etapas que componen cualquier proyecto de tipo social. En primer lugar, el gestor social realiza un diagnostico de la población  en donde va a trabajar(análisis), para ello, es necesario que diseñe estrategias de acercamiento con las comunidades, continua con la planeación, en la cual debe garantizar la participación y ofrecer la información adecuada para el logro de objetivos, seguido de ejecución, en este él debe comunicar las acciones a ejecutar con claridad, luego el seguimiento, en donde escucha y percibe, y por ultimo y no menos importante, la evaluación, que debe tener en cuenta los elementos claves de participación, diálogo y consenso”[8], para que las personas se empoderen del proyecto y de esa manera mejorar las condiciones de vida.

La teoría de la comunicación para el cambio social  y todo lo que esto conlleva suena muy interesante, pero la realidad que se vive es otra.  En la actualidad, podemos observar que empresas u organizaciones que se dedican a la elaboración de proyectos sociales, creen que solo con realizar campañas, videos, carteleras o programas radiales, entre otros, están generando un cambio y contribuyendo al mejoramiento de la calidad de vida de las personas, olvidando que el proceso es más importante que el producto, ya que en la mayoría de veces prevalece lo particular en lo general. Pues bien, el interrogante que surge en este punto es ¿Dónde quedan las etapas que son la columna vertebral de cualquier proyecto que se pretenda emprender? Para dar respuesta a lo anterior, traigo a colación el Centro de Proyección Social (Piedecuesta) de la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Bucaramanga, el cual diseña y ejecuta proyectos sociales en esta localidad, con el fin de  responder a una necesidad insatisfecha; sin embargo, este proceso llega hasta la ejecución, ya que la etapa de seguimiento y evaluación, no se llevan a cabo, lo que significa que  los resultados de los programas no serán los esperados en gran medida porque no se realizó cada una de las etapas correspondientes.
Lo anterior, conlleva que el rol del comunicador como agente social en estos aspectos, es la de promover espacios de participación, empoderamiento, apropiación, dialogo y debate, para que se cumplan a cabalidad cada una de las etapas de cualquier proyecto que se quiera emprender y de esa manera lograr los objetivos propuestos. De igual forma, debe ser un mediador entre la comunidad y el estado, cumpliendo con su función de fiscalizador tanto en la gestión pública y cultural, y de esa manera se pueda gestionar lo comunitario, a través de proyectos que tengan como fin mejorar las condiciones sociales de la comunidad.  

Cabe concluir, que la comunicación para el cambio social desde sus inicios ha buscado brindar espacios de participación activa, debate y dialogo, a las comunidades oprimidas mediante procesos comunicativos, que se basen  en la gestión y empoderamiento de estos. Es aquí donde el comunicador, debe desenvolverse para ser ese agente social y mediador, que tiene como fin a través de los proyectos sociales mejorar las condiciones de vida de las personas y de esa manera logar su desarrollo humano, social y económico.


[1]FLOREZ, Aguirre, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. “Guía de comunicación para la gestión y el desarrollo social”. Coordinación Editorial: Colombia. Pág. 17
[2]Ibid                                                 
[3] GUMUCIO, Alfonso y TUFTE, Thomas. Antología de Comunicación para el Cambio Social. Editado por Consorcio de Comunicación Social. 2008. Pág. 1413.

[4] MORELIS, Gonzalo. Reseña "Antología de Comunicación para el Cambio Social: lecturas históricas y contemporáneas" de Alfonso Gumucio-Dagron y Thomas Tufte. En: Procesos Históricos, Revista de Historia y Ciencias Sociales. Vol. VIII, Núm. 16, julio-diciembre, 2009, pp. 111-113 Universidad de los Andes, Venezuela.
[5]GUMUCIO, Alfonso. Comunicación para el cambio social: clave del desarrollo participativo. (Online) citado el 14 de mayo de 2012. Disponible en:http://mantis.upbbga.edu.co/file.php/951/CMCcambio_social_GUMUNCIO_Articulo.pdf
[6]FLOREZ AGUIRRE, ESPITIA, Alejandro y Javier Aníbal. Opus cit, pág. 23.
[7]Ibíd.
[8] Ibíd. 

Internet y nuevas formas de hacer periodismo

Por: Katherine L. Cárdenas Bravo

La evolución de la tecnología que hasta la actualidad hemos visto, ha marcado un hito dentro de la forma de hacer periodismo en los profesionales de la información. Hoy por hoy diversos dispositivos tecnológicos, y por supuesto Internet, han permitido que la información sea cada vez más rápida, abundante y asequible para los espectadores. Sin duda alguna, gran parte de esta transformación se le atribuye al desarrollo de Internet y sus interactivas y novedosas herramientas.
Ahora, Dentro de este marco que abarca el sector informativo, cabe destacar el papel que actualmente juega el uso de Internet como herramienta clave de comunicación e información gracias a su rápido sistema. Así mismo, deben aludirse las grandes transformaciones a las que el oficio periodístico ha venido enfrentándose gracias a esta red. John Pavlik en su libro El periodismo y los nuevos medios de comunicación, señala que el periodismo está sufriendo la transformación más radical desde el auge de la prensa diaria en el siglo XIX, teniendo en cuenta aspectos como la instantaneidad, los contenidos multimedia, el fácil y global acceso a contenidos, entre otros[1].
Con base en ello, es preciso hacer hincapié en uno de los principales cambios a los que se ha visto sometido esta importante labor para la sociedad, el cual sido el aislamiento de los medios tradicionales, dicho de otro modo, gracias al fácil acceso de información que se presenta en la web, los usuarios de esta dejaron de escuchar radio, leer prensa o ver TV para ver contenidos de su interés; gracias a ello, los periodistas se vieron de igual modo obligados a reestructurar la forma de redactar sus artículos periodísticos, no obstante, los detalles que componen una página web se vuelven cada vez más importantes a la hora de atraer la atención del lector, elementos como tipografías, colores y hasta espacios son cada vez más esenciales para impulsar el consumo de dicha información. En suma, los medios tradicionales han sido abandonados en gran medida dado que la Internet tiene incorporados los tres medios en uno solo, aspecto que aumenta cada vez más la demanda de consumidores.

Por otra parte, es necesario hacer alusión a la interactividad que las diversas páginas informativas proporcionan a sus usuarios, y cuyo uso puede ser tan positivo como negativo. Si bien los medios digitales han creado espacios de interacción entre espectador y el medio, donde el primero tiene la oportunidad de opinar acerca de las temáticas mencionadas, temáticas que generalmente están orientadas a la situación política y económica del país, hecho que implica fuertes reacciones tanto de apoyo, como de inconformidad, siendo la segunda la más afectada dado a los molestos insultos y mal uso de la lengua; ahora bien, aunque resulte ser una buena forma de ejercer el derecho a la libre expresión, según lo contempla la Constitución Política de Colombia en el artículo 20[2], o la declaración de los derechos humanos en su artículo 19[3], este advierte serias consecuencias que afecta tanto al medio, como la dignidad de personas vinculadas a la vida pública y a los temas tratados. Sin embargo, en este contexto cabe recalcar la figura del defensor del lector, quien se encarga como su nombre lo indica de defender y velar por los derechos y la dignidad de los usuarios de la web. Como diría Javier Darío Restrepo en su documento En defensa del derecho a la información ‘La defensoría del lector, vista así, es un paso adelante dentro del ambicioso propósito pedagógico de convertir la realidad viva en el derecho de los que reciben, que se conoce como derecho a la información’[4].
Como bien lo mencionaba anteriormente en algunos apartes de este documento, Internet ofrece a sus usuarios el rápido acceso a la información. Gracias a ello el periodismo se ha visto fuertemente atropellado dado al tema de lo instantáneo y a la guerra de información. Actualmente pese a la gran variedad de información encontrada en la web, se sufre un problema de confiabilidad y veracidad de los contenidos encontrados allí, el contraste de fuentes puede verse truncado con el tema de la inmediatez, lo cual señala informes incompletos, carentes de versiones. Los periodistas de hoy no investigan, no van más allá, la instantaneidad es un concepto que poco a poco ha frustrado el buen desarrollo del ejercicio periodístico. Sin embargo, es necesario hacer la salvedad de rol multifacético que desempeñan los periodistas mientras ejercen desde el periodismo digital, tal como lo menciona la revista Yachay en su sección especialidades, ‘Las características de Internet, como medio interactivo, proponen y requieren que el periodista realice funciones que, tradicionalmente, eran ejercidas por otros profesionales o simplemente no eran necesarias. Así, el periodista no sólo es periodista en la red sino también gestor y comunicador’.[5]

Una gran polémica que por estos días afronta nuestro país se refiere a los derechos de autor. Desde sus inicios, Internet se ha caracterizado por ser un espacio libre, cuya información se encuentra a disposición de sus usuarios. En este momento la situación es otra. Hace pocos meses en Colombia fue aprobada por el congreso colombiano la ley Lleras, la cual está a favor de los derechos de autor y de la regulación de los contenidos en la web; hecho que se da como compromiso adquirido por Colombia gracias a la aprobación de Tratado de Libre Comercio, que entró en vigencia el pasado 15 de mayo. De acuerdo con ello, esto podría ser tan bueno como malo para los periodistas y medios de comunicación, sobre todo, aquellos que laboran a través de la web.

En síntesis Internet puede resultar tan positiva como negativa en la medida en que se manejen los contenidos. De este modo, para un buen uso de la información en el ciberespacio, los periodistas deben regirse por códigos éticos y deontológicos a la hora de seleccionar y jerarquizar la información que se va a presentar en la web. Así mismo, es de vital importancia que se tenga en cuenta códigos contemplados en la Constitución Política de Colombia.

Internet puede considerarse uno de los factores más influyentes de la globalización. De esta forma el periodismo ha sido globalizado, gracias a la evolución tecnológica que creó dentro del campo una revolución informativa. Los géneros periodísticos han sido de alguna forma abandonados o en su defecto, reestructurados dadas las condiciones de la web. Actualmente los medios tradicionales han instaurado su propio espacio online a través del cual se informe y se opine. Las 3 tradicionales funciones de los medios de comunicación pueden estar siendo desechadas en el ciberespacio, pues se pretende satisfacer las necesidades del lector, las cuales están orientadas únicamente a la información rápida.

En definitiva, el periodismo online debe ser reestructurado de manera que favorezca y promueva la investigación a fondo, evidencie contraste de fuentes y presente información completa y veraz.


[1] Pavlik, John V. El periodismo y los nuevos medios de comunicación. Ediciones PAIDOS IBERICA, S.A. 2005.
[2] ARTICULO 20. Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Constitución Política de Colombia.
[3] ARTICULO 19 Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.”
[4] Restrepo, J, D. En defensa del derecho a la información. Sala de prensa. www.saladeprensa.org. Marzo, 2003.
[5] Periodismo en Internet. Perfil del periodista. http://www.yachay.com.pe