jueves, 5 de junio de 2014

Y… ¿Quién regula la radio en Internet?

Por Diego Alejandro García Sanabria

Es indispensable centrar una definición general de lo que a radio concierne, es así que “cuando hablamos de radio debemos tener en cuenta que es a la vez: un fenómeno social y cultural, un modo de decir y de contar cosas, y un sistema tecnológico que permite la difusión masiva de lo que se emite”[1], a la par que se sienta el planteamiento del Ministerio de la Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, MinTIC, respecto a su regulación y, como sucede en cada país, su forma de entenderla.
En Colombia se define la radiodifusión sonora como “un servicio público de telecomunicaciones, a cargo y bajo la titularidad del Estado, orientado a satisfacer necesidades de telecomunicaciones de los habitantes del territorio nacional y cuyas emisiones se destinan a ser recibidas por el público en general”[2], y como “un medio de comunicación que utiliza el espectro electromagnético para llegar de un centro de transmisión a una población dispersa de oyentes”[3]. Siendo así como se ha de entender la radio al interior de nuestro país, a pesar que sean definiciones muy abstractas, es importante dejar claro que son sólo eso, definiciones, y que es primordial revisar día a día las reglamentaciones que disponga el MinTIC.
Pero a pesar de las regulaciones que ha intentado liderar el gobierno nacional, aún es muy difícil entrar a regularla de un todo, es cierto que podemos determinar las zonas de influencia, el tipo de publicidad, hasta el carácter lucrativo de una emisora, pero los contenidos ya pasan a otro nivel, y es que “la radio, en particular, es el medio que menos cabida le ha dado al Defensor”[4], y menos en Colombia.
Es así como hacer un intento por regular al máximo lo que se dice, y cómo se dice, se dirige hacia un aspecto poco avanzado en nuestra legislación, y es que hoy en día cualquiera puede crear una “emisora” desde la comodidad de su casa, trabajo, simplemente, desde cualquier sitio que apetezca, todo con una conexión a Internet. Pero el planteamiento va más allá, ¿hasta dónde llega lo facilista de este nuevo tipo de programación virtual?, “una programación implica pensar e imaginarse cada programa, construirlo y organizarlo de modo que llenemos todos los espacios de nuestras emisiones; es preguntarse cuando sale al aire; que días; a qué hora; a quienes va dirigido”[5], pero no solo eso, una programación también requiere plantearse un lenguaje adecuado para la radio, el cual se plantea desde cuatro aspectos importantes: la música, la palabra, el sonido y el silencio; desde estos tópicos también cabe anotar que el uso de la palabra debe ser adecuado, sin términos peyorativos y siempre cuidando la dignidad e integridad del oyente a la par de la veracidad y la ética del locutor.
Todo esto deja una serie de planteamientos a la luz pública, qué digo pública, digamos que a quienes apasiona el tema de la radio, ¿quién vigilará los contenidos ofrecidos?, ¿derechos de autor en las emisoras virtuales?, ¿el lenguaje?, ¿el trato al oyente? Y ¿quién regula la radio en Internet?
Es difícil saberlo, y es que en Colombia todavía no existe una regulación definitiva para los contenidos virtuales, es cierto que existe la oficina de delitos informáticos, pero sólo se limita a revisar contenidos que han sido denunciados.
Muchas de las herramientas que se usan para subir el contenido a la web, permiten anclar un sinfín de recursos sonoros, que se pueden utilizar una y otra vez, sin poner problema, aún si se está infringiendo derechos de autor, pero también existen otras herramientas un poco más vigiladas, es el caso de SoundCloud, si bien es cierto nos permite guardar música y ponerla en páginas web o emisoras virtuales, no deja  guardar música o archivos de audio que quebranten las leyes de autor.
El auge de las emisoras virtuales es un tema que debe concernir al gobierno, lo que se plantea no es una mirada atacante contra su creación, todo lo contrario, es importante que en la era digital los medios puedan converger en una nueva plataforma que le permita interactividad al usuario, pero siempre vigilando lo que dice y cómo lo hace. No todo se vale en la era digital.



[1] EL’GAZI, Jeanine. Qué suene la radio: guía de trabajo del taller de producción radial. Bogotá: Imprenta Nacional, 1998. Pág.17
[2] MINISTERIO DE TEGNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LAS COMUNICACIONES. Artículo 3, capítulo I, título I en Resolución 00415 de 13 de abril de 2010. Bogotá, 2010. Pág. 2
[3] MINISTERIO DE COMUNICACIONES. Los caminos de la radio comunitaria. Bogotá: Guadalupe, 1996. Pág. 6
[4] PAWLES, Flavia. La experiencia del primer defensor del oyente
en una radio pública argentina. Sala de Prensa. Noviembre 2005, Año VII, Vol. 3. [online] <http://www.saladeprensa.org/art644.htm>
[5] CHAÍN, Javier Darío. Una Metodología para Programar Nuestra Emisora. En: Días de Radio. [Online] recuperado: 14-05-2014. Disponible en: <http://daniradio.wordpress.com/2009/09/30/una-metodologia-programar/>

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