jueves, 5 de junio de 2014

¿Y para qué la ética periodística?

Al hablar de ética profesional-periodística, se estaría abarcando un campo minado acá en Colombia, pues  esa palabra en este país es desconocida no solamente por periodistas si no por los demás profesionales, una persona ética es una persona con valores tanto morales como personales, en donde se enriquezca ella y a los demás con su imparcialidad y objetividad al momento de dar a conocer una información al pueblo ayudándolo a que sea más autocrítico y auto sostenible para así no ser manipulado por grandes poderes; para entender un poco mejor este escrito, Juan Jorge Faundes, de sala de prensa realiza un comentario más claro “el caso de la profesión de periodistas, se han ido construyendo como síntesis de la tensión, contradicción e interacción permanente entre los poderes del Estado, del Mercado, de la Sociedad Civil, de los Ciudadanos, de las empresas periodísticas y de los propios periodistas, efecto de una competencia generalizada por abrir o restringir espacios al ejercicio de las diversas libertades involucradas de investigación, de información, de expresión, de opinión.), reglamentando roles, facultades, derechos y deberes”[1]
Es debido a esta situación que en este país la ética no existe, o si existe está camuflada de una forma que hacen pensar que está bien la manera como se actúa, al momento de cambiar o influenciar en una información; pues los gobernantes, que son  los que más utilizan los medios de comunicación para mejorar su propia imagen o desacreditar la del otro, manipulan a los periodistas, para que no sea publicada la información que los pueda afectar, o en el peor de los casos, los mismos medios de comunicación son los que  obligan a redactar de cierta manera los artículos o simplemente a no publicarlos, cohibiendo de esta manera la libertad de expresión de un periodista y negándole el derecho de ser informado a todo un país, pues como dice una frase muy conocida por el gremio “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda”[2].
Es por esta razón que el periodismo y la figura de un periodista fue creada para ayudar socialmente  a un individuo o comunidad, contribuyendo a la transformación de la misma haciendo que estos se vuelvan más autosuficientes, interesados y consientes a defender sus propio derechos, pues esta es la única manera en que un pueblo sea más democrático  y las dictadura y monopolios se erradiquen; pero para esto el periodista deberá establecer siempre una distinción clara entre los hechos, las opiniones y las interpretaciones, para así evitar toda confusión o distorsión deliberada de ellos.
Cuando muchas veces se habla de que los códigos éticos no sirven, tal vez se está haciendo referencia a que si así se apliquen en el ejercicio profesional, van existir gobernantes, jefes y dueños de los medios de comunicación, que los van a callar, y si no se hace lo que ellos dicen que se tiene que  hacer, así se esté pasando por encima de la  propia ética, sencillamente muchos se quedarán sin trabajo, y la verdad conseguir trabajo en Colombia está complicado y más para los periodistas, debido a que hoy en día cualquier persona sin formación alguna en la academia puede ser periodista, y se venden o simplemente, como no tienen un título profesional se regalan al mejor postor, conformándose con un salario mínimo (es por eso que en este país son tan mal pagados), y es aquí en donde gracias a estos empíricos que los periodistas, a pesar de que “son el cuarto poder”, están siendo dominados por el verdadero poder.
Es por esta razón que en Colombia se necesita  de la creación de un ente que regule y vigile todas estas faltas éticas, y dirigido por un gran periodista vigilante de la verdad y la credibilidad ética moral y profesional, que sea incorruptible por los “grandes”, y que tenga una gran influencia en la sociedad, y sea respetado por todos, para que esta ética sea aplicada sin miedo por los profesionales que se queman las pestañas 5 años o más en una academia para salir a difundir un trabajo de calidad con la única función y objetivo de cambiar una sociedad cegada por la avaricia y el poder, logrando una sociedad como ya se mencionó  antes, más democrática y autocrítica.
Hugo Aznar dio un ejemplo de la página web razón y palabra, el cual explica de manera clara esta situación del código ético, y que ojala la vieran varios colegas para que empiecen a cambiar desde la academia su forma de ver la realidad, y es la siguiente “Así, es evidente que no basta con la existencia del código de la circulación –la existencia de un librito donde está impreso el código– para que la gente cumpla con sus indicaciones y conduzca bien. Lo que se necesita es conocer y aplicar ese código”[3].
Pues en realidad no basta con tenerlo y conocerlo si no la verdadera función es aplicarlo para transformar y crear el cambio que tanto se necesita, pues si realmente se convencen que estos códigos sí sirven, mayor será su eficacia y su utilidad, para  así evitar fuga de cerebros del país, debido al mal pago o al menosprecio del trabajo periodístico, pues se debe mejorar la situación de poderes de este país y no lo de otros países que pueden estar peor o igual que acá, solo por unos pesos de más, y es por eso que los aspectos éticos de la comunicación deben entrar en el proceso productivo de los medios gracias a los periodistas, mediante su cualificación y preparación teórica y su compromiso y experiencia prácticas.
Por otro lado dentro de la ética profesional está la del deber de no plagiar un texto o documento de otros autores que escriben ideas originales y únicas, pues en el trabajo periodístico el plagio no tiene cabida, pues el público en general merece que l información sea única y no que sea reproducida varias veces, y lo peor es que se tergiversa la información creando ideas confusas y muchas veces malinterpretada la cual puede llevar a otros problemas más grandes es por esto que el plagio comparte rango de gravedad con otros comportamientos reprobables: la distorsión malintencionada; la calumnia, la maledicencia, la difamación, las acusaciones sin fundamento; la aceptación de alguna gratificación como consecuencia de la publicación de una información o su supresión.
El plagio solo simboliza la mediocridad de algunas personas que por pereza mental o falta de creatividad mental, adquieren como propios los textos de de otros que se esforzaron por hacer el mejor trabajo posible, lastimosamente en esta arte del mundo como lo es América, el plagio es algo tan natural como bostezar pues, desde las aulas muchas veces los docentes dejan pasar por alto este tipo de cosas por más mínimo que sean pienso que debería ser corregido para que en el campo laboral el trabajo del personaje o estudiante sea el mejor y único, aunque en Europa también hay plagio como es el caso de la editora de CNN  que fue despedida por este problema, es aquí donde sale una pregunta y ¿es que tan exitoso será copiar a alguien cuando cada uno es único y podría ser mejor cada día, si se explota la originalidad de cada quién?.
Pero todo este tema no solamente es culpa del personaje que plagia al otro, también, el culpable es la forma de educación que se tiene en el país, pues según estudios acá en Colombia las personas no leen lo cual es un pre-requisito esencial para poder escribir y hablar bien, se dice que es culpa de la academia por no incentivar el análisis comprensivo de las lecturas, a lo mejor tengan razón, pues desde que se inicia la etapa escolar donde lo enseñan a leer, deberían enseñar con textos que sean de interés del niño, para que de esta manera sean ellos quien decidan y se motiven a leer y a comprender mejor las cosas, en vez de sentirse presionados por una nota.
Algunas de las razones por las cuales se da el plagio o el refrito como es llamado en el salvador. Según Mario Alfredo Cantarero Son:[4]
1) Comodismo en el trabajo. Se trata de un hábito que popularmente se le denomina "La ley del menor esfuerzo". Se constituye en una costumbre pesimista en el desarrollo de las labores cotidianas, un "vale un comino" el sacrificio de creación y de propuesta.
2) Espontaneismo. La costumbre es hacer "lo que caiga". Si lo que cae son las coquetonas “conferencias de prensa” y lo que aparece en otros medios, entonces es lo que se hace diariamente, para cumplir con la preocupación del volumen diario de información en los espacios redaccionales de un medio informativo.
Si no se practica la elaboración de una agenda periodística propia, si la competencia acecha constantemente, si los patrocinadores exigen presencia, si hay que garantizar la información diaria, si no hay más periodistas, etc., entonces habrá que "refritearse" revistas, artículos, emisiones radiofónicas o televisivas, etc.
3) Irresponsabilidad profesional. La práctica del "refrito" se ha vuelto tan cotidiana que, aun cuando los periodistas saben de las implicaciones negativas que puede generar su trabajo deshonesto, se ha institucionalizado.
Se ha enquistado tanto esta irresponsabilidad muchas veces se alaba la capacidad de manejar deshonestamente los datos o trabajos creados por otros. Se llega hasta el extremo de imitar a los "especialistas del refrito", sin tomar en consideración las inusitadas consecuencias que pueden tener esa mala práctica.
El fin único de este artículo es dar a conocer y concientizar a los periodistas que  están en la academia y a los que están ejerciendo ya la profesión para que se den cuenta que los códigos éticos si sirven, solo que hay que  saberlos aplicar, por el simple hecho de que son los valores que hacen del profesional un ser integro, serio, responsable  respetado por todos, de esta manera se vuelve una persona confiable a la cual se le puede encomendar cualquier trabajo por su objetividad y claridad en el desarrollo de la investigación periodística.




[1] FAUNDES,Juan Jorge, “El rol de los periodistas y su marco ético”,en www.saladeprensa.org 
[2]VERBISKY, Horacio , "Un mundo sin periodistas", Buenos Aires, Planeta, 1998, p. 16
[3] AZNAR, Hugo, - “Los códigos éticos no sirven”, en www.salade prensa.org 
[4] CANTARERO, Mario Alfredo –“El refrito o plagio en los medios informativos”, en www.saladeprensa.org 

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