jueves, 5 de junio de 2014

¿En esta selva de cemento se puede tener ética periodística?

Natalia Valencia García

Durante años se ha visto evidenciado que para muchos la ética periodística no es más que un ideal del deber ser del periodista que está bastante lejos de la realidad y del contexto en el cual se desenvuelve quien ejerce el periodismo, para nadie es un secreto que esta es una de las profesiones donde más se evidencia la corrupción que acecha al mundo, además de ser uno de los oficios más peligrosos a nivel mundial y en especial América Latina fue en 2011 la región más peligrosa del mundo para la integridad de los periodistas, según un informe de la entidad International Press Institute (IPI).
Las cifras demuestran que la libertad de expresión y de prensa parecen más una utopía que algo real, según el periódico Clarín de Chile en Colombia fueron asesinados 143 periodistas, según la  FLIP. En 2013 fueron asesinados cuatro periodistas, otros tres tuvieron que exiliarse, uno fue secuestrado, diez estuvieron detenidos ilegalmente, dos fueron heridos mientras trabajaban y 75 recibieron amenazas de muerte. En total, 194 profesionales de Colombia fueron víctimas de agresiones u obstrucción de su labor periodística. Lo cual genera la duda acerca de ¿qué tan efectiva es la ética periodística que pueden tener los profesionales cuando su vida esta en peligro? Y ¿cómo podría un periodista hacer que los códigos éticos tengan un valor real a la hora de ejercer?.
Es clave definir que los códigos éticos son recomendaciones y pautas éticas que sirven para regir a los profesionales que bien pueden ser periodistas, y tienen el deber ser de informar a toda la sociedad y de fiscalizar a los poderes del Estado, es allí donde inmediatamente aparecen los problemas, fiscalizando e informando, un periodista debe saber que en su labor siempre habrá alguien que a su vez lo está fiscalizando a él, bien sea para alabarlo, amenazarlo y en algunos casos para sacarlo del camino si es necesario, por esto a veces la ética periodística queda a un lado, porque aunque muchos se han enfrentado con su propia vida a la verdad, otros no asumen su vida como el precio que se deba pagar para que al menos se sepa esta por un tiempo.

Según Javier Darío Restrepo y María Teresa Herrán ‘La ética no es un concepto estático sino dinámico, por eso, en la construcción de la ética para periodistas desempeña un papel decisivo la voluntad individual y colectiva de reflexionar sobre si mismo y sobre la profesión, así mismo esa ética es la ciencia de los valores morales y de su realización por obra de los hombres y lo que dice que es bueno y que es malo, son los juicios morales, pero no individuales sino universales ya que es el consenso el que revela que hay conciencia común de lo que se ajusta o no a la naturaleza de las cosas[1], y una de esas cosas es decir la verdad, como deber ser del periodista.
Los problemas del periodista son esos, al fiscalizar e informar con los criterios de veracidad que establece por ejemplo el código de ética del Círculo de periodistas de Bogotá en el caso de Colombia, ya que como bien lo dijo George Orwell y Horacio Verbitsky desarrolló un poco más la idea ‘“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda“. “Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos”’[2]. Es decir que si este oficio se lleva a cabo como debe ser, se caminará en una selva de cemento.
De ninguna manera se promueve que esto no sea así, es decir, no se sugiere mentir como una opción, ni ocultar, ni dejar de velar por el bien común, al contrario se necesita que no solo los periodistas sino las personas en general entiendan que quien pierde cuando se acalla la opinión, cuando se mata a un periodista y cuando se cierra un medio no es solo el periodista sino todos, toda la sociedad pierde cuando no se fiscaliza, toda la sociedad pierde cuando no hay democracia, toda la sociedad se ausenta de la verdad objetiva cuando hay menos medios, teniendo en cuenta que todos sin excepción alguna tienen sus propios intereses, tal vez ha hecho falta que haya conciencia colectiva de lo que verdaderamente significa el periodismo.

Resulta paradójico leer el Código de Periodistas de Bogotá (CPB) en el preámbulo cuando expone que ‘la ética de la profesión se fundamenta en unos principios dirigidos a establecer la responsabilidad del periodista frente a la sociedad, el cual es claro y conciso en que el deber ser del periodista no es solo con el mismo sino con el mundo que lo espera afuera[3] entonces se esperaría que ese mundo no por lástima  cuando un periodista muere o es silenciado sino por responsabilidad con la sociedad en general salga a exigir que se respete el derecho a la vida, a la libertad de expresión, a la libertad de prensa y sobretodo a la democracia.
  
Sin embargo no hay que negar que muchos no han servido a la profesión con la ética que esta merece, sino que han creado un sistema de lucro con ayuda de la corrupción para vender mentiras a la sociedad, de las cuales sacan buen provecho económico, cuando se expone la pregunta ¿En esta selva de cemento se puede tener ética periodística? no se hace referencia de ninguna manera a las propuestas corruptas de muchos a los cuales no les interesa que la verdad se sepa y aceptadas por cínicos, ya que como bien dijo Ryszard Kapuściński, “Los cínicos no sirven para este oficio”; por el contrario, se pretende abrir una discusión sobre qué tan real puede ser la ética periodística para aquellos buenos profesionales que la defienden y la promueven aun poniendo en peligro su propia vida.
A veces optar por caminos buenos lleva a apostar la propia vida por un ideal que muchos persiguen y es el de hacer un buen periodismo, seguramente muchos otros optan por llenar sus bolsillos de dinero y su conciencia de basura cuando se venden, pero aquellos que han muerto en honor al oficio del periodismo y a su patria mereciente de la verdad han sido fieles muestras de que sí puede tener ética periodística pero se pagará un alto precio por ella.
Nuevamente citando a Ryszard Kapuściński “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”. Se puede comprender que no todos sirven para este oficio, y los que sirven han tenido que apostarlo todo.



[1] Herrán M.T. y Restrepo J.D. (2005). Ética para periodistas. (19 ed.) Editorial Norma. América Latina.
[2] La bitácora de ciencia y tecnología. Reconstruyendo a Orwell. Fuente electrónica [en línea], Iguanamarina, http://iguanamarina.wordpress.com/2012/09/02/reconstruyendo-a-orwell-preambulo/.
[3] Código de ética del Circulo de Periodistas de Bogotá. (1990). Fuente electrónica [en línea], http://www.angelfire.com/de/ultimahora/AP.html 

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