Por
Ana María Ortiz Quiñones
La palabra Deontología proviene de las raíces deon, deontos que significa obligación, deber, y logos, que traduce al conocimiento, tratado, estudio. Por lo tanto su significado es el conocimiento de los deberes, que tiene como objeto de estudio las normas morales que están determinadas en una profesión, expresadas en unos códigos de ética.
La Deontología del periodista está expresado en unos códigos deontológicos, todas aquellas leyes y normas que enmarcan el ejercicio profesional del periodismo, pero además está complementado con la ética y moral que cada quien se ha formado como persona. Es por tal razón que los códigos deontológicos son aspectos fundamentales para el ejercicio profesional, y es de mayor responsabilidad que se cumplan, como lo es en este caso, ya que el periodismo es una actividad que va dirigida netamente hacia la sociedad, se trabaja por ella y para ella.
Partiendo que el rol del periodista es difundir y comunicar información, es a partir de ahí que se formula una normativa resumida en cuatro principios fundamentales de la ética de los periodistas: “1. Informar veraz, exacta, amplia y oportunamente. 2. Investigar e interpretar y opinar desde el interés público (del pueblo, de la Sociedad Civil, de los Ciudadanos, del Bien Común de la sociedad). 3. Difundir, exigir y defender de manera proactiva los derechos y deberes personales y colectivos. 4. Fiscalizar con independencia a los poderes del Estado, del Mercado y de la Sociedad Civil”1.
¿En la actualidad colombiana, durante la formación de los periodistas, se han inculcado los códigos de ética regulados por el Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB)? Es importante analizar de qué manera a través del tiempo los medios masivos de comunicación, han sido manejados por los profesionales, si en la realidad, además de los conocimientos adquiridos en la universidad se tienen fortalecidos esos códigos deontológicos, que permiten que se realice una buena labor periodística. “Los profesionales están especialmente obligados a conocer los aspectos valorativos y normativos de la actividad comunicativa, así como también a tener una especial sensibilidad acerca de los efectos derivados de su actividad, tal y como han podido ser acreditados ya a través de una larga experiencia histórica de actividad mediática y de estudios sobre ésta”2.
A algunos profesionales efectivamente en su formación les han enseñado los códigos de ética, pero en el momento de la práctica, es cuando se ve la violación de estos mismos. En el instante que entran a un medio, ya sea escrito, audiovisual y/o digital no se está cumpliendo como mínimo con los códigos y las normas básicas que un periodista debe cumplir con rigor, los practicantes o recién egresados cambian y transforman su mentalidad, moldeándose a la realidad. Una de las razones que sucedan estos actos, es debido a que los medios masivos de comunicación están monopolizados por ciertos grupos de personas que tienen algún poder dentro de la sociedad, “cada vez más medios de comunicación son controlados de manera directa o indirecta por grandes grupos empresariales que ven en los medios una suerte de palanca que podría servirles para influir en políticos, en las personas que se ocupan de atribuir las obras públicas y, por supuesto, la competencia”3.
Por tal motivo ya no son los especialistas de la comunicación quienes deciden cómo y de qué manera manejar el medio, dejándose influenciar por personas que no tienen conocimiento del ejercicio periodístico, y si lo tienen, para ellos lo más importante son sus intereses personales. Otra de las razones, ocurre cuando en la academia no implementan en su plan de estudios los contenidos humanísticos ni aspectos normativos y valorativos del periodismo, pues en muchas ocasiones se preocupan más por adquirir conocimientos y habilidades tecnológicas, dejando a un lado la razón de ser del periodista, la importancia que cumple dentro de la sociedad y el poder que puede llegar a tener con los medios masivos de comunicación: el de crear conciencias.
“El término responsabilidad es quizá de los más esenciales y complejos, porque no sólo implica una reflexión individual sino una relación con los demás”4. Es responsabilidad de todos para que pueda haber un cambio en el manejo de información de parte de los medios, como en la academia, que se fortalezcan más los valores humanos, se enseñe la normativa acorde a la profesión y a su misma vez cree conciencia en los estudiantes, que ellos actúen de forma receptiva, para que aporten en su ejercicio periodístico además de sus conocimientos adquiridos, los valores que lo forman como persona y sea un plus diferenciador frente a los demás profesionales de la comunicación. De parte de los periodistas más recorridos, que tienen más trayectoria en los medios, refuercen la utilidad de los códigos de ética, para que en su ámbito laboral día a día promuevan la importancia de éstos y los hagan cumplir junto con sus colegas, lo pongan en práctica y lo lleven a la realidad. “Si todos compartimos esta responsabilidad de mejorar día a día nuestros medios de comunicación, no hay duda alguna que también los estudiantes y futuros profesionales de la comunicación están llamados a conocer y aplicar las recomendaciones éticas contenidos en estos documentos”5.
Para cualquier medio masivo de comunicación sea la prensa, radio, televisión y/o digital, es indispensable que haya un ombudsman, un mediador entendido como “un supervisor u observador de buena fe que mide, evalúa y coparticipa con el medio en términos del cumplimiento de esos principios que ha asumido como propios y verifica que la programación, el diseño de ésta y sus contenidos se ajusten a ese código y no violen esos principios”6, es así como lo determina el Mtro. Felipe López Veneroni, Mediador del Instituto Mexicano de la Radio IMER, en una entrevista que le hizo El Tiempo el 4 de abril del 2010. Es una definición que no solo cumple con la radio, como lo expresó Felipe, sino también puede apropiarse a los demás medios. Es necesario que el mediador que está en constante relación con el público y el medio, haga cumplir las normas establecidas por el código deontológico del periodismo. “El acceso a la información constituye uno de los derechos básicos del hombre. Esta razón de ser de la libertad de prensa hace recaer sobre el periodista la obligación de defenderla y de obrar con altos niveles de responsabilidad y honestidad en el ejercicio de su profesión”7.
Se presentan diferentes tipos de violación en cada uno de los medios, como ejemplo, se ha evidenciado en los medios escritos el sensacionalismo, cuando ilustran imágenes de personas en las peores condiciones físicas, violando su dignidad humana, y a su vez afectando emocionalmente a sus seres queridos; también se puede ver en los titulares, con ese juego de palabras, expresiones subjetivas, con la intensión de darle un doble sentido, para llamar la atención del lector. “El sensacionalismo es una deformación interesada de la noticia, implica manipulación y engaño y por tanto, burla de la buena fe del público”8.
En la radio, un medio el cual se posibilita la interacción directa con el consumidor, no está ejerciendo una buena labor periodística, y se está perdiendo el sentido de informar, enseñar y educar, pues hace falta que se implementen más emisoras culturales, que capten la atención del oyente, lo entretengan e instruyan, que ocupen cada vez más espacios, promoviendo su importancia y despertando interés en las personas. Actualmente en la radio comercial, por lo general la más escuchada por las personas, se evidencia un mal uso del lenguaje, expresiones inadecuadas, que en ocasiones ofende al oyente, tomándolo como objeto de burla. Hace falta una buena parrilla de programación, que cumpla con las expectativas del público y lo puedan tener en cuenta. “La radio necesita de planificación, y planificación inscribe metodologías de corto, mediano y largo plazo que motiven al acompañamiento de una sociedad desde un quehacer comunicativo especial, masivo y de presencialidad que es la radio. Debe partir desde el elemento jurídico, atravesar el componente económico y finalizar con el concepto más importante: el social”9.
En la televisión colombiana, regida por la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), la cual tiene como objetivo “garantizar los derechos de televidentes y usuarios, promover audiencias críticas bajo esquemas participativos, dirigir la incorporación exitosa de la televisión colombiana en la era digital e impulsar un servicio público de televisión comprometido con el desarrollo del Estado Social de Derecho, la libertad, la paz, la equidad social y el reconocimiento de la diversidad”10, no se están cumpliendo a cabalidad las normas, y los fines del servicio de televisión, y la responsabilidad social no se está evidenciando. Como muestra a ello, no se está teniendo en cuenta la población infantil, no hay opciones de programas educativos que entretengan a los niños, que los instruyan, donde manejen un lenguaje sencillo y apropiado para ellos.
Por último, el medio digital el cual presenta mayor interactividad con el público, no se está regulando de la mejor manera. Está bien, que abran espacios para que la gente se exprese libremente, pero debe de haber un límite, y una normativa del uso de esos espacios, donde se pueda comentar acerca de algún tema, pero con debida responsabilidad, y enseñar a la gente a cómo utilizarlo, falta una culturización de parte del medio hacia la sociedad. A su misma vez, hay una ausencia de los periodistas digitales que son los especialistas de la comunicación para que se pongan al frente el medio y sean ellos, los que promuevan un mejor uso al medio digital.Por todos estos ejemplos y evidencias que se presentan en la realidad colombiana, por la falta de información y formación de los códigos deontológicos de los periodistas, es que se presentan cada vez en mayor proporción la violación de éstos mismos. Es por tal motivo, la importancia que debe tener cualquier profesional de la comunicación que ejerza su profesión periodística basada en valores éticos, que lo ayuden a tomar las mejores decisiones en su ejercicio laboral, y hagan de él su mejor desempeño, acompañado con conocimientos y habilidades técnicas comunicativas.
1. FAUNDES, Juan Jorge. El rol de los periodistas y su marco ético. En Revista: Sala de Prensa.org. Santiago de Chile, 2006. Año VII, Vol.3. [online] http://www.saladeprensa.org/ 4. HERRÁN, María Teresa. RESTREPO, Javier Darío. Ética para periodistas, La Responsabilidad del Periodista. Bogotá. Ed. Tercer Mundo, 1995. Cáp.11. Pág.275.
8. HERRÁN, María Teresa. RESTREPO, Javier Darío. Ética para periodistas, La Responsabilidad del Periodista. Bogotá. Ed. Tercer Mundo, 1995. Càp.7. Pág.179.
10. COMISIÓN NACIONAL DE TELEVISIÓN. Políticas de privacidad y términos de uso. [online] Disponible: (http://www.cntv.org.co/cntv_bop/quienes/.) Octubre 3, 2011.
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