Por : María Fernanda Díaz Sanabria
Informar veraz, amplia y oportunamente como lo plantea Juan Jorge Faundes [1]dejando a un lado la idea de narrar un hecho a partir de imágenes y testimonios. La televisión más que ser un medio que transmita hechos noticiosos debe ser un medio de expresión y control de la opinión pública sobre el mando de los asuntos que afectan a todos los ciudadanos.
El comunicador tiene la obligación de velar para que en la producción de un programa televisivo se respeten las normas éticas y los derechos que tienen las personas a expresar y difundir sus expresiones. De igual forma el derecho que tiene el público a estar informado de los acontecimientos lo cuales deben tener una investigación preliminar antes de ser revelados.
Como lo planteaba José Redondo González en su artículo ‘’Televisión y ética’’ hoy día la ética brilla por su ausencia en los medios. El seudoperiodismo se destaca por la ausencia de verdaderos profesionales reflejándose en aquellos programas llenos de personajes ordinarios e ignorantes con un lenguaje grosero.
’’ Es difícil que los padres traten de inculcar a sus hijos los valores de la ética, la moral, el respeto y el esfuerzo personal, con tanta telebasura’’[2]. La responsabilidad del contenido que se emite en muchos programas de canales privados recae sobre el comunicador social, pues debe ser él quién de acuerdo a unas normas pre establecidas en cuanto a los horarios, decida que es conveniente para los televidentes de acuerdo a las edades y los intereses de la sociedad.
La televisión debe emplearse como un nuevo lenguaje para el conocimiento de los niños y no sólo como un medio para divertir y entretener pues estos últimos contienen fines puramente comerciales debido a que no tienen ningún tipo de efecto desde el punto de vista del aprendizaje.
La televisión educativa puede generar interés en los niños siempre y cuando sea creativa en el uso de herramientas comunicativas como valor agregado en cuanto a entretenimiento.
‘’La televisión existe en todos los idiomas, se comprende sin que hable, reúne a su alrededor y grita para que otros callen, calla cuando otros gritan, pero no se esconde porque permanece, continúa, no termina, regresa, se pierde y vuelve. Sorprende. Simula saberlo todo’’[3].
Los profesionales de ésta área no pueden olvidarse de una parte de la sociedad, que son los discapacitados físicos (ciegos, sordos) quienes también tienen derecho a recibir información. Pues el periodismo deber ser un servicio de interés colectivo, con funciones eminentemente sociales dirigidas al desarrollo integral del individuo y de la comunidad. Se debe promover el respeto a las libertades de expresión como a los derechos humanos.
‘’La televisión es censurada, permitida, tolerada, criticada, maldecida, reprimida, clausurada, pero jamás olvidada o ignorada.’’ Por tal motivo se debe estar atento a los factores que promueven la deformación interesada de la noticia lo cual como se encuentra establecido en el código de periodistas de Bogotá implica manipulación, engaño y por tanto, burla de la buena fe del público.
Quien tiene la palabra, tiene un gran poder, pues por medio de ella no sólo se informa, también se denuncia y destruyen los intereses de una sociedad. Es deber del periodista rectificar los errores que pueda llegar a cometer en la emisión de cualquier noticia, y derecho del televidente replicar sobre aquello con lo cual se le vulneró algún derecho.
‘’El poder que han adquirido los medios es incuestionable, algunas veces creen tener más poder del que realmente detentan y buscan convertirse en protagonistas y jueces de la cosa pública, en más de una ocasión desvirtuándola hasta convertirla en espectáculo’’.[4]
Estos han venido adquiriendo importancia debido a que son voceros y transmisores visibles más llamativos de la opinión pública y su vez, contribuyen a formar esa opinión a través de sus influencias y relaciones mutuas. Su importancia también reside en la formación de la opinión pública que se genera por la velocidad con que un programa televisivo puede llegar al público y el amplio escenario que abarcan. Una noticia difundida en un área muy poblada accede instantáneamente a millones de personas que, al difundirla, multiplican el alcance de la misma.
A pesar de que en Colombia existen códigos en los cuales se señalan las formas y parámetros que deben cumplir los medios de comunicación, sus funciones, derechos y obligaciones, es difícil que éstas sean respetadas por cuanto existe una sociedad capitalista dispuesta a utilizarla como herramienta para poner de moda y ubicar ventajosamente productos, servicios y otros en las mentes de los televidentes sin ningún escrúpulo ético y con campañas altamente agresivas frente al televidente menor que no cuenta con la suficiente madurez para asimilar cierta información obscena y en algunas ocasiones pervertida.
‘’La lógica económica está clara. Los medios de comunicación forman empresas y han de conseguir ingresos para rentabilizar sus inversiones y dar beneficios. Puesto que estos ingresos dependen de la publicidad y a ésta le interesa llegar a la mayor cantidad de público, las televisiones tienen que aumentar su audiencia para incrementar sus ingresos publicitarios. La noción misma de audiencia proviene del ámbito publicitario y su predominio a la hora de decidir la programación refleja el papel dominante del mercado en este ámbito de la comunicación’’.[5]
Se cuestiona a este medio de comunicación como uno de los principales productores de subjetividad en la sociedad actual pues a través de sus mensajes y contenidos se configuran y crean opiniones, formas de pensar y actuar.
Según Hugo Aznar[6] lo que legitima el sistema de audiencia es el supuesto de que responde a la elección libre del público. En sociedades individualizadas y consumistas como las nuestras este supuesto es fundamental: se supone que previene el paternalismo cultural y que coincide con el funcionamiento habitual del mercado y del sistema democrático.
Esta opinión se ve reflejada en los contenidos que se ofrecen a los televidentes en su mayoría de veces alimentando un morbo de la comunidad frente a la desgracia y la calamidad vivida por algunos sectores de la población, explotando cínicamente las diferentes abísmales de la sociedad, un ejemplo de esto telenovelas como los Victorino, pandillas guerra y paz, juego limpio, en donde de forma cruda y grotesca se presenta al público muchos antivalores y posiblemente una puerta a la corrupción que dañan mas antes de educar contrario a la labor periodística ejercida en otros programas como los especiales de pirry, la noche , el radar , dedicados a investigar y buscar fuentes formales que generan cuestionamiento y actitudes de cambio frente a la realidad que se vive hoy en día.
Bibliografía:
· www.elpais.com. Televisión y ética,REDONDO GONZÁLEZ José - Valladolid - 05/01/2008
Martes, 17/5/2011. Fecha de consulta: 14 de mayo 2011
· Alexis Núñez Oliva lunes 15 de junio de 2009, ¿Qué Es La Televisión?
· ECO Umberto. Crítica al periodismo. Tomado de: http://www.avizora.com/publicaciones/comunicacion/textos/critica_al_periodismo.htm. Fecha de consulta: 22 de mayo 2011
[1] FAUNDES Juan. El rol de los periodistas y su marco ético. www.razonypalabra.org.mx, fecha de consulta: martes 8 de febrero 2011
[2] REDONDO GONZÁLEZ José. Televisión y ética. www.elpais.com. Martes, 17/5/2011. Fecha de consulta: 14 de mayo 2011
[3] NÚÑEZ Alexis. ¿Qué Es La Televisión? ,http://www.portv.net/2009/06/que-es-la-television.htm
[4] ECO Umberto. Crítica al periodismo. Tomado de: http://www.avizora.com/publicaciones/comunicacion/textos/critica_al_periodismo.htm.
Fecha de consulta: 22 de mayo 2011
[5] AZNAR Hugo . Televisión, telebasura y audiencia: condiciones para la elección libre
[6] AZNAR Hugo . Televisión, telebasura y audiencia: condiciones para la elección libre
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