miércoles, 25 de mayo de 2011

Ética de la comunicación social en entornos web en una cultura de libertad

Por OSCAR ALIRIO RODRÍGUEZ SILVA

La internet crea una plataforma tecnológica que permite la participación, permite ampliar extraordinariamente el intercambio artístico y cultural; permite la creación de una plataforma de cultura en la sociedad y la expresión de la sociedad civil,  pero ¿a qué precio?

La interacción informática  ha cambiado el mundo en que vivimos, eliminando las barreras del tiempo y la distancia y permitiendo a la gente compartir información y trabajar en colaboración. El avance hacia la Sociedad de la información va a un ritmo cada vez más rápido como lo pronosticó Castells en el texto “La dimensión cultural de internet” hace algunos años. El contenido disponible crece y crecerá rápidamente, lo que hará más fácil encontrar cualquier información en Internet, independientemente de quien la escriba.

El crecimiento explosivo de Internet ha hecho que se planteen importantes cuestiones relativas a quienes son los que escriben o emiten información y quiénes deberían hacerlo. La mayoría de los servicios de la red, por ejemplo las páginas de los periódicos locales, no pueden vigilar y controlar constantemente lo que dice la gente en Internet a través de sus canales.

La internet también es un espacio público,  idea que fue introducida desde hace mucho tiempo por teóricos de la comunicación, como Habbermas,  Entendiendo por espacio público todo lugar en donde se da el debate de temas de interés público y donde tiene lugar la toma de decisiones, este espacio tiene la característica de dotarse de códigos éticos y normas que regulan la convivencia  de la sociedad. 
Internet es un espacio público, si se considera también que los medios de comunicación tradicionales lo son. Los medios ofrecen diversidad de contenidos y puntos de vista que enriquecen a la opinión pública. La toma de decisiones se cumple en cuanto a que los medios establecen, en la mayoría de los casos, la agenda pública que mantiene los temas de interés social en vigencia.  
 Internet es este espacio público, donde miembros de comunidades se encuentran e incluso forman nuevos círculos; comunidades de aficionados al deporte, programadores, participantes de foros de discusión, miembros de alguna organización religiosa, miembros de grupos necrofílicos, organizaciones artísticas, periodistas organizados, organizaciones independientes , en fin, todos con intereses particulares que le encuentran un uso también particular al medio.
Desde el punto de vista filosófico es constructivo y positivo que las nuevas tecnologías hagan preguntar al común qué quiere decir de ellos mismos, qué quieren transmitir, a quién se lo quiere hacer llegar, por qué medios, con qué efectos, es decir, aplicar la vieja fórmula de Lasswell, que conocen todos los estudiantes de Comunicación del mundo.
Gracias a esto, el periodista en la web,  no puede ver el medio como el negocio sino como el medio para difundir su mensaje a la sociedad.  Bajo un código propio de ética como herramienta autoreguladora  que ratifique su rol en la vida social y el ejercer un periodismo razonable, sensible y comprometido, parafraseando a Albarrán de su texto sobre los códigos y el comité de ética.
Si la perspectiva ética se asume cada vez más por los medios de comunicación y los que hacemos los medios de comunicación, se contribuirá a aumentar la conciencia social; aunque también debe elaborarse una ética de la información en contra del periodismo al que le falta  rigurosidad, el que manipula de forma interesada los hechos de cualquier tipo, bien sean políticos, deportivos, sociales, religiosos, o económicos.

Pero  no basta con soluciones personales, como colectividad, como miembros de una sociedad que somos, según Castells, también es preciso actuar: “la construcción independiente de significado, sólo puede llevarse a cabos si conservamos esos terrenos comunales que son las redes de comunicación que Internet ha hecho posible, una creación libre de amantes de la libertad”. No será fácil porque quienes ostentan el poder en la sociedad en la red deben rodear la comunicación mediante la comercialización y la vigilancia con el fin de cerrar la mente pública  fortaleciendo la conexión entre comunicación y poder.  Sin embargo, la mente pública se construye mediante la interconexión de mentes individuales, así que, si se piensa de otra manera, las redes de comunicación funcionarían de otra manera, con la condición de que no sea uno solo, sino muchos, los que estén dispuestos a construir la verdadera información en la web.

Y la figura del ombudsman queda en medio de la figura  ética, indispensable para las relaciones digitales y para que permita  identificar los nuevos dilemas que se les presenta y con esto convertir las buenas o malas decisiones  en un conocimiento deontológico. Este personaje, puede adaptarse al trabajo en los medios digitales y aportar la consistencia profesional que requiere un medio para contribuir a la credibilidad y sostenimiento.

Como se había indicado anteriormente, la autorregulación debe ser continua, ya sea bajo un código de ética no propio, bajo una línea editorial o lo ideal, basándose en un comité de ética.

Internet es solo un medio, por muy complejo que sea su uso y lo que importa es el mensaje y Mientras dispongamos de estos soportes, cada vez más sofisticados, debemos aprovecharlos para que por ellos transiten contenidos y valores que nos hagan más sabios, más buenos, más justos, en definitiva, comunicadores sociales periodistas más humanos.


Bibliografía

-       ALBARRÁN DE ALBA, Gerardo “La figura del defensor del lector en los diarios digitales”. 2002

-       CASTELLS, Manuel.  La dimensión cultural de Internet. 2002

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