Por: Ghina Marcela Camacho Rincón
Durante los últimos 34 años se han presentado 132 asesinatos a periodistas en todo el territorio Colombiano. En lo que lleva del 2011, 171 periodistas han sido víctimas de amenazas, dos han sido arrestados ilegalmente, dos han sido exiliados, uno ha sido herido y 16 han sido tratados inhumanamente [1]. A pesar que en el último semestre del año no se ha presentado ningún caso de muerte a periodistas en Colombia, la censura y atentados contra la libertad de expresión se presenta por medio de amenazas de muerte, así como la falta de apoyo por parte de la fiscalía y entidades competentes, han generado un alto grado de impunidad tal como lo expone un artículo publicado en El Tiempo.com [2].
Las anteriores son solo una de las muchas cifras que existen sobre violación a la libre expresión, sin contar aquellas amenazas, maltratos, censuras y demás no denunciados por los comunicadores con el fin de evitar peores consecuencias. En un país dónde el periodismo ha estado siempre ligado a cuestiones de política, y con una guerra civil que data desde 1964, año en que fueron creadas las FARC (Fuerzas Armadas de Colombia), se puede evidenciar un alto grado de censura y persecución a aquellos que se atreven a contar la realidad.
La Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP se informa preocupada por el aumento de denuncias penales a periodistas sin justa causa, acusándolos de injuria y calumnia, las cuales la mayoría son realizadas por líderes políticos o funcionarios públicos. Casos reconocidos de asesinato como el de Jaime Garzón, periodista colombiano asesinado en 1999, o de censura como el realizado a la columnista Claudia López, acusada de injuria y calumnia por una columna donde criticaba el nombramiento del ex -presidente Ernesto Samper, son solo una pequeña muestra del grave problema que enfrenta la comunidad periodística, evidenciándose de esta forma el nivel de corrupción que sufre el país, los propios mandatarios que deben velar por la transparencia del país, los cuales en sus campañas políticas prometen ser lideres íntegros y actuar sólo en pro de la comunidad, estos mismos , mandan a callar a cientos de periodistas y se las dan de dignos e inocentes cuando alguno de ellos publica sus actos delictivos.
Hasta el momento solo se conocen 5 sentencias condenatorias a autores intelectuales por homicidios a periodistas, ocho sentencias absolutorias y 29 casos permanecen estancados en investigación, en cuanto a amenazas no se evidencia ni una sola condena por este actuar contra periodista colombianos. Si se tuviera en cuenta todos los casos de amenazas a comunicadores, grandes personalidades colombianas y extranjeras pagarían condena por censurar y violentar el derecho a la libre expresión.
Un caso que movió el campo periodístico en Colombia fue el cierre de la revista Cambio realizado por la misma casa editorial El Tiempo dueño de ésta el 3 de febrero del año pasado, argumentando que el motivo del cierre era netamente económico, los directivos del semanario los periodistas Rodrigo Pardo y María Elvira Samper pusieron en duda estos motivos, en una publicación de La Silla Vacía expusieron ““No puede ser que las razones sean solo el negocio”, dijo Samper. "Tenemos fuentes fiables, de que había molestias en la junta directiva sobre si deberíamos hacer este periodismo de investigación". Samper y Pardo han explicado que la revista dio utilidades el año pasado y que en todo caso, otras revistas del grupo, como Don Juan, que vienen perdiendo dinero desde su creación, no fueron tocadas”. [3]
De igual forma en una entrevista al periódico El Espectador Pardo expuso “Cambio reveló, en 2009, los vínculos de Guillermo Valencia Cossio con la mafia, los acuerdos entre Colombia y Estados Unidos sobre las bases militares y el escándalo de Agro Ingreso Seguro, entre otros temas polémicos. Pensé que estos buenos resultados bastarían para que la Casa Editorial decidiera seguir adelante con la revista. Nunca me imaginé el cierre ni mucho menos mi salida de El Tiempo. Y no fui avisado con anticipación” y al preguntársele sobre si creía que el contenido de la revista había influido en el cierre de la misma Pardo contesto, “Sí, el contenido influyó. Lo que no sé es cuánto. Pienso que coexistían la molestia con la línea editorial y las inquietudes sobre la rentabilidad. Esto último me lo han dicho explícitamente. Lo primero, lo sospecho por indicios y por las preguntas que me hacían desde hace un tiempo. Ahora dicen que van a hacer una revista mensual. ¿Por qué María Elvira Samper y yo no podíamos hacerla? Obviamente no gustaba nuestra línea”[4], esto último teniendo en cuenta que además de clausurar el semanario, los dos periodistas a cargo del mismo fueron despedidos de la Casa Editorial El Tiempo.
Basado en lo anterior y en las declaraciones de la revista Cambio contra el gobierno colombiano, así como lo ocurrido con el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, donde se tildó a Rodrigo Pardo de ser el “líder de la bigornia o de la cuadrilla misma” , se puede inferir que debido a las revelaciones de ciertos hechos y denuncias realizadas por este medio, diferentes personajes públicos e importantes miembros de la política colombiana influyeron sobre la decisión rotunda de cerrar y despedir de igual forma a los periodistas de este importante medio colombiano.
Si tenemos en cuenta que el derecho a la información, es la facultad de cada individuo de recibir, buscar y difundir información a una sociedad, que el derecho de información es esencial para toda institución democrática, pues la sociedad que conforma este régimen exige la verdad y transparencia, y que la libertad de prensa es el requisito para el cabal ejercicio del derecho a la información [5][1], Colombia podría ser cuestionada como una sociedad democrática y justa, ya que como se puede observar se violan derechos tan fundamentales como el de la libre expresión y el derecho a estar informado.
Son cientos de casos de censura que se presentan en los medios colombianos, donde se hace uso indebido del poder para ocultar información la cual el pueblo colombiano debe saber por derecho, además la falta de presencia de medios para expresarse libremente debido a que los medios de comunicación importantes y de relevancia en el país son dirigidos por familias de políticos e influyentes del país, entrando de esta forma en duda la parcialidad de la información. Es necesario revisar que tan democrático es Colombia, en manos de quienes se está dejando los derechos del pueblo y sobre todo si debe seguir permitiendo que se enmudezcan a aquellos que son capaces de expresar lo que piensan y contar las verdades que muchos saben y ocultan.
[1] FLIP, Fundación para la Libertad de Prensa. http://www.flip.org.co/figures_list.html: Fecha de Consulta: 25 de Octubre de 2011.
[2] El Tiempo.com http://m.eltiempo.com/justicia/amenazas-a-periodistas-en-colombia/9137406 Fecha de Consulta: 25 de Octubre de 2011.
[3] La Silla Vacía http://www.lasillavacia.com/historia/6441 Fecha de Consulta: 06 de Noviembre de 2011.
[4] El Espectador.com Cierre de la revista ‘Cambio’, golpe al periodismo de denuncia http://www.elespectador.com/impreso/cuadernilloa/entrevista-de-cecilia-orozco/articuloimpreso186229-cierre-de-revista-cambio-gol Fecha de Consulta: 07 de Noviembre de 2011.
[5] ALVAREZ, Marcela. Derecho a la información, libertad de prensa, aplicación y noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez. Ilustrados.com. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín. Fecha de Consulta: 08 de Agosto de 2011.
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