Por: Edna Gómez Jaimes
La
ética profesional en el diccionario de
la real academia refiere que es un “Conjunto de normas morales que
rigen la conducta humana”[1];
además, el término ética tiene como significado que es recto, conforme a la
moral. Ya teniendo estas dos definiciones de la RAE, se puede entrar a hablar para qué es importante la ética
en el deber del periodista y sus códigos éticos.
De
la misma manera, el Papa Juan Pablo II
en un momento consideró que la labor del periodista y la del comunicador es
comunicar y transmitir la verdad. También
refirió que el periodista o comunicador no tiene que ser una persona que ponga
la pluma al propio uso exclusivo, sino que tiene que tener en cuenta la
realidad en la cual se fundamenta: “Estáis llamados a
consagrar vuestra profesionalidad al
servicio del bien moral y espiritual de las personas y de la comunidad humana.
Este es el punto fundamental de la cuestión ética, que es inseparable de
vuestro trabajo. Con su influencia amplísima y directa en la opinión pública,
el periodismo no se puede guiar únicamente por las fuerzas económicas, por los
beneficios y por los intereses particulares. Al contrario, hay que sentirlo
como una tarea en cierto sentido "sagrada", realizada con la
conciencia de que se os confían los poderosos medios de comunicación para el
bien de todos y, en particular, para el bien de los sectores más débiles de la
sociedad: los niños, los pobres, los enfermos, los marginados y
discriminados”[2].Es evidente ver que la Iglesia recalca cuál es el verdadero rol que deben cumplir los profesionales de la comunicación, especialmente en el contexto actual donde gran parte de los periodistas utilizan la información de acuerdo a sus intereses propios y olvidan o desconocen la orientación ética como personas y profesionales. Sumado a esto, en la actualidad existen códigos éticos que se han ido consolidando; sin embargo, en muchas situaciones los profesionales los pasan por alto.
La mayoría de los códigos éticos consideran el respeto a la verdad como el primer principio ético que ha de inspirar el comportamiento de todo profesional de la información. Sin embargo, en la práctica diaria se puede observar que el periodismo no tiene en cuenta o deja a un lado este criterio moral. Los periodistas, como individuos, reciben constantemente presiones de las empresas en donde trabajan, de los entes privados y públicos, también desde el poder económico, la competencia insaciable de los canales y grandes periódicos, obteniendo como resultado la escasa calidad de los contenidos y obviando la ética profesional y sus códigos.
Otro aspecto relevante en el marco ético, tiene que ver con el contexto de los avances tecnológicos, la información, utilización y abordaje ético. A este respecto Hugo Aznar cita a Gabriel García Márquez quien ha expresado lo siguiente en relación con los periodistas: "Creo que la formación de los periodistas no ha logrado evolucionar a la misma velocidad que los instrumentos del oficio… hace falta dominio profesional”[3]. En este sentido se puede afirmar que es parte del ejercicio ético, la constante actualización, la formación permanente, la investigación que conduzca a hacer avanzar la ciencia periodística para que esté acorde no solo con los avances tecnológicos sino también con los constantes y rápidos cambios en las sociedades a nivel local, nacional e internacional.
Cabe señalar, que el periodismo atraviesa por un tiempo de cambios rápidos y profundos. Las nuevas tecnologías abundan y están a la orden del día llegando ya a todos los ámbitos, y esto implica, en mayor o menor medida, a todos los seres humanos. La globalización ha aumentado la capacidad de los medios de comunicación social, pero también ha acrecentado su exposición a las presiones ideológicas y comerciales, a no realizar procesos de investigación, a no consultar fuentes por la inmediatez y la rapidez, olvidando la verdad de lo que se quiere publicar. Esto debe llevar a los periodistas a interrogarse sobre el sentido del compromiso con los seres humanos en el mundo de la comunicación.
Por otra parte, la forma en que los medios y el periodismo tradicional trabajan ha cambiado y seguirá cambiando en esta sociedad globalizada, pero lo que no se debe es pasar por alto, incumplir o faltar de ninguna manera los contenidos de los códigos. Los puntos de referencia del periodismo de calidad, exactitud, confiabilidad, imparcialidad, respeto por la humanidad y por la audiencia (que están plasmados en los códigos éticos), siguen siendo principios esenciales que hacen del contenido algo creíble y útil para la sociedad.
En la actualidad existen casos concretos donde la información se encuentra prisionera por las amenazas de diversos grupos ideológicos que pretenden acallar las voces de quienes investigan e informan la verdad. Se acalla la voz de los comunicadores y periodistas bien sea con amenazas o con el cumplimiento de las mismas. También se quiere suprimir la voz mediante la promulgación de leyes y normas que censuran el periodismo libre y crítico. Estos hechos frecuentes, al menos en este país, hacen que muchos profesionales tengan que abandonar no solo su rectitud de intención, sino también su vocación y entusiasmo por lo que hacen.
Los códigos éticos también están amenazados y vulnerados principalmente desde los mismos periodistas cuando estos no propenden por la verdad como objetivo fundamental de la información periodística. A veces el criterio de verdad se vulnera cuando por ejemplo se omiten datos esenciales de un hecho, cuando se deforma o tergiversa el material informativo. Es lamentable constatar, además, que desde la comunicación también muchos personajes se ofrecen para adoctrinar, manipular y, en definitiva, engañar antes que transmitir con el máximo rigor la verdad de las situaciones y realidades. Lo anterior sin mencionar, lo que es muy común en los últimos tiempos: el silencio a veces cómplice que surge cuando se trata de tocar, afrontar y profundizar en temas de carácter ético, religioso o científico, que exigen, quizá un carácter de rigurosidad más profundo.
Es deber de los comunicadores estar sensibilizados para conocer, valorar e interiorizar los códigos o principios éticos que deben acompañar su quehacer laboral y profesional. Si todos los estudiantes y comunicadores están en una permanente búsqueda de la verdad, entonces también estarán comprometidos con hacer aportes válidos para que se pongan en práctica los códigos éticos y se pueda ayudar a construir el tejido social.
[1]Diccionario
de la Real Academia Española.(ética profesional) [Online]. (citado 20 de mayo de
2013). http://www.rae.es/rae.html
[2] PABLO II,
Juan. Discurso
del santo padre juan pablo II con motivo del jubileo de los periodistas. En:
La Santa Sede. [citado mayo 21 de 2013]. Disponible En: http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/documents/hf_jp-ii_spe_20000604_journalists_sp.html
[3] MARQUEZ,
García Gabriel(citado por AZNAR, Hugo) [Online]. (citadp 20 de mayo
2013).disponible En: http://es.wikipedia.org/wiki/Deontolog%C3%ADa_profesional_period%C3%ADstica
[4] AZNAR.Hugo.Los
códigos éticos del periodismo y la responsabilidad de los profesionales. En:
Razón y palabra. [Online].(20 de mayo 2013). Disponible en: http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n40/haznar.html
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